Latinos aplican "cero tolerancia" a discriminación por sexo, raza u origen con un armas que da mejores resultados que las protestas: las demandas por sumas millonarias contra quienes los maltratan.
El Político
Una familia de fanáticos de los Dodgers de Los Angeles está buscando $ 17 millones en daños por reclamos de que fueron discriminados racialmente y tratados con fuerza excesiva por el personal de seguridad del equipo durante un juego en octubre de 2109.
La demanda, presentada en la Corte Superior de Los Ángeles el jueves 25-J, se deriva de un incidente que tuvo lugar después de la derrota de los Dodgers al final de la temporada ante los Washington Nationals en el juego 5 de la Serie Divisional de la Liga Nacional del año pasado.
Afirma que siete miembros de la familia Verdin fueron llamados "pandilleros" y "matones" mientras eran "acosados, atacados y maltratados" por los empleados de seguridad de los Dodgers a pesar de ser espectadores inocentes cerca de otro fanático que estaba "actuando erráticamente, empujando y gritando a los demandantes y sus miembros de la familia".
En un comunicado de prensa, el abogado de la familia, Peter diDonato, dijo que la seguridad del Dodger Stadium "atacó a los Verdin, una familia latina, sin causa justificada debido a discriminación racial ilegal".
La demanda busca $7 millones en daños por asalto, agresión, encarcelamiento falso, infligir angustia emocional y violación de derechos civiles federales, más $10 millones adicionales por daños punitivos, según el comunicado.
Un representante de los Dodgers dijo que el equipo no comenta sobre asuntos legales pendientes.
Los golpearon en el cuerpo y la cabeza
La demanda afirma que a David Verdin, de 24 años, se le sometió a una movida física estrangulante y fue golpeado varias veces en su cuerpo y su cabeza, y su hermano, Rigoberto Verdin Jr., de 26 años, fue inmovilizado en el suelo y la rodilla del oficial estaba sobre su cuello. Supuestamente, Javier Verdin, de 16 años, fue arrojado al suelo por la seguridad del Dodger Stadium, y Jamie Verdin, de 18 años, recibió un golpe en la cara y una fractura en la nariz. David y Rigoberto Jr. fueron llevados a la cárcel, pero no se presentaron cargos, según la demanda.
El hombre latino, de 27 años, murió bajo custodia de la policía el 21 de abril.
Las circunstancias bajo las que murió Carlos Adrián Ingram López han destapado un escándalo para las autoridades de Tucson, Arizona, en momentos en los que la policía está bajo gran escrutinio en Estados Unidos.
Sin embargo, el Departamento de Policía de Tucson (DPT) solo dio a conocer lo ocurrido cuando el diario Tucson Sentinel publicó el martes detalles de una investigación interna que revela violaciones a los procedimientos de detención por parte de los policías involucrados.
El rotativo no solo expuso que lo ocurrido pasó más de dos meses sin consecuencias, sino también que las autoridades omitieron informar de un factor importante en la muerte del hombre: que la policía aplicó "restricción física" que contribuyó al fallecimiento del detenido.
La familia de Carlos Ingram López demanda transparencia de la policía.
Similar al caso del afroestadounidense George Floyd, ocurrido el 25 de mayo, Ingram López fue rápidamente sometido y colocado boca abajo, con agentes haciendo presión sobre su cuerpo mientras él decía "no puedo respirar".