La Cruz Roja estimó en 45.000 los afectados en Mocoa. Gran parte de la población seguía sin energía eléctrica ni agua corriente, aunque el servicio de energía se ha restablecido en un 20% con plantas eléctricas auxiliares.
Santos destacó la necesidad de garantizar agua potable para evitar "una epidemia y una crisis de salud pública aún mayor", y explicó que se instalarán cuatro plantas potabilizadoras, mientras carrotanques llevarán el líquido diariamente.
Para prevenir infecciones en esa calurosa y húmeda ciudad amazónica, expertos desarrollarán un plan específico y se ha iniciado ya una campaña de vacunación, anunció el gobierno.
El director del Instituto de Medicina Legal, Carlos Valdés, aseguró a la prensa que, para evitar epidemias, los cadáveres sin identificar o que no se reclamen, serán incinerados.
Las FARC ofrecen ayuda
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal guerrilla del país que se apresta a dejar las armas tras firmar la paz, se declaró "adolorida" por el desastre y ofreció colaborar en la reconstrucción.
Desde el papa Francisco a los líderes del mundo expresaron su solidaridad con Colombia. El gobierno chino donó incluso un millón de dólares para ayuda humanitaria, gesto que Santos agradeció.
"Sé que el dolor nos acompañará para siempre (…) pero vamos a dedicarnos a devolverle la esperanza a Mocoa", dijo Santos.
Esta avalancha supera al último gran desastre natural de Colombia, un deslave en Salgar que dejó 92 muertos en mayo de 2015.
Las fuertes lluvias en Sudamérica también han afectado a Perú, con 101 muertos y más de un millón de damnificados, y a Ecuador, con 21 muertes desde enero y más de 9.000 familias afectadas.