La Unión Europea (UE) y el Reino Unido iniciaron ayer una nueva ronda de negociaciones sobre sus relaciones futuras en un ambiente remiso causado por la aparente apatía de la parte británica, a la que Bruselas acusa incluso de ni siquiera estar cumpliendo los términos del acuerdo de separación.
El Político
En medio de este ambiente, el negociador comunitario Michel Barnier lanzó una advertencia al primer ministro británico, Boris Johnson, en una entrevista publicada hoy en Londres en la que insiste en recordar la amenaza de que si no cambian las cosas, las dos partes se encaminan hacia una desconexión traumática de la UE, el temido Brexit sin acuerdo.
El día 30 de este mes se termina el plazo para que el Reino Unido pueda pedir una nueva prórroga y extender su situación actual, que es la de un país que ya no es miembro de la UE, pero está obligado a respetar la legislación comunitaria. Si pidiera una extensión de este estatuto provisional, esta situación se extendería después del 31 de diciembre lo que entonces le obligaría a seguir contribuyendo al presupuesto europeo, algo que Johnson ha prometido que no aceptará jamás.
También los dirigentes europeos deberán determinar el día 19 si se han producido avances suficientes en la negociación sobre las relaciones futuras antes de fin de año, o si deben empezar a prepararse para esa ruptura brusca, que significaría que el Reino Unido se convertiría en un país desconocido, sin ninguna regla para regular ni viajes ni comercio, es decir, que todo contacto debería paralizarse.
En este ambiente enrarecido, las advertencias de Barnier sobre que “el Reino Unido ha estado dando un paso atrás, dos pasos atrás, tres pasos atrás, sobre los compromisos originales” respecto al acuerdo pactado para el divorcio muestran claramente que estamos mucho más cerca de la ruptura que del acuerdo.
“Nosotros recordamos claramente el texto que negociamos con Boris Johnson. Y queremos que eso se cumpla y si eso no ocurre, no habrá acuerdo”.
Panorama inquietante
El panorama trazado por Barnier en esta entrevista a la prensa británica ha sido particularmente inquietante sobre un proceso, el Brexit, que está siendo malo para todos.
“Si no llegamos a un acuerdo, entonces las consecuencias serán aún peores. Y después, por supuesto, esas se añadirán a la de los efectos que ya son gravísimos y que ha causado la crisis del coronavirus”, dijo.
“Así que creo que tenemos una responsabilidad mutua en esta situación tan grave que afecta a tantas familias, con tantos muertos, tanta gente enferma, tanta gente desempleada, y debemos hacer todo lo que podamos para alcanzar un acuerdo y espero que lo hagamos”, añadió.
Falta al compromiso
El principal reproche que se hace a los británicos es que no están cumpliendo con el compromiso de que todos los europeos que estaban legalmente en el Reino Unido antes del Brexit mantendrán sus derechos, del mismo modo que los británicos que estaban en la UE verán protegidos los suyos.
Sin embargo, el gobierno de Londres insiste en imponer trámites extraordinarios a esas personas que llegaron al país cuando existía libre circulación y les reclaman trámites farragosos y caros.
Tampoco existe buen ambiente en las negociaciones sobre las relaciones futuras, de las que Londres pretende imponer una política comercial independiente y obtener todas las ventajas que pueda para conservar su acceso al mercado interior europeo, pero sin tener que asumir las cargas que ello representa, lo que la parte europea no puede aceptar sin arriesgarse a alentar a que otros países intenten seguir su ejemplo.
Y en el tema de la pesca en aguas británicas, la Unión Europea insiste en que el Reino Unido no podrá vender pescado en el continente si los barcos europeos no pueden pescar en sus aguas.
(Con información de ABC)