Es la infección más letal del mundoHasta ahora, supera al coronavirus, ya que cada día mueren 4.500 personas por esta enfermedad producida por una bacteria.
La tuberculosis (TB) sigue siendo la enfermedad infecciosa más letal del mundo, por encima del coronavirus. Cada día mueren casi 4.500 personas a causa de la TB y aproximadamente 30.000 personas contraen esta enfermedad prevenible y curable.
El 24 de marzo de 1882, el doctor Robert Koch anunció el descubrimiento de Mycobacterium tuberculosis, la bacteria que causa la tuberculosis (TB). En esa época, esta enfermedad causaba la muerte a una de cada siete personas que vivían en los Estados Unidos y Europa. El descubrimiento fue el paso más importante que se haya dado para el control y la eliminación de esta mortal enfermedad.
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En 1982, un siglo después del anuncio del doctor Koch, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Internacional contra la Tuberculosis y las Enfermedades Pulmonares patrocinaron el primer Día Mundial de la Tuberculosis. El objetivo de ese evento fue educar al público sobre las devastadoras consecuencias económicas y para la salud que causa la tuberculosis, su efecto en los países en desarrollo y su impacto continuo y trágico en la salud global.
En la actualidad, por acuerdo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) el Día Mundial de la Tuberculosis se conmemora cada 24 de marzo en todo el mundo para concienciar sobre las terribles consecuencias sociales, económicas y para la salud de la tuberculosis y acelerar los esfuerzos para poner fin a la epidemia mundial de esta enfermedad, que es hasta ahora la principal causa de muerte de adultos en el mundo, con 1.7 millones de muertes relacionadas con la tuberculosis en el 2016.
Características de la enfermedad
La tuberculosis es causada por una bacteria (Mycobacterium tuberculosis) que casi siempre afecta a los pulmones. Se trata de una afección curable y que se puede prevenir.
La infección se transmite de persona a persona a través del aire. Cuando un enfermo de tuberculosis pulmonar tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos al aire. Basta con que una persona inhale unos pocos bacilos para quedar infectada.
Se calcula que una cuarta parte de la población mundial tiene “tuberculosis latente”, término aplicado a las personas infectadas por el bacilo pero que aún no han enfermado ni pueden transmitir la infección.
Las personas infectadas con el bacilo tuberculoso tienen un riesgo de enfermar de tuberculosis a lo largo de la vida de un 5-15%. Las personas inmunodeprimidas, por ejemplo las que padecen VIH, desnutrición o diabetes, y los consumidores de tabaco, corren un riesgo muy superior de enfermar.
Cuando alguien desarrolla tuberculosis activa, los síntomas (tos, fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso, etc.) pueden ser leves durante muchos meses. Eso puede hacer que la persona afectada tarde en buscar atención médica, con el consiguiente riesgo de que la bacteria se transmita a otros sujetos.
Una persona con tuberculosis activa puede infectar a lo largo de un año a entre 5 y 15 personas por contacto directo. Si no se proporciona un tratamiento adecuado, el 45% de las personas VIH-negativas con tuberculosis y la práctica totalidad de las personas con coinfección tuberculosis/VIH fallecen a causa de la enfermedad.
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Síntomas, diagnóstico y tratamiento
Es una enfermedad que se puede tratar y que tiene cura. La forma activa sensible a los antibióticos se trata con una combinación estándar de cuatro medicamentos antimicrobianos que se administra durante seis meses.
Según los cálculos realizados, entre 2000 y 2018 se salvaron 58 millones de vidas gracias al diagnóstico y tratamiento eficaz y se redujo en un 42% la tasa de mortalidad por TB.
Los síntomas comunes de la tuberculosis pulmonar activa son tos, a veces con sangre en el esputo, dolores torácicos, debilidad, pérdida de peso, fiebre y sudores nocturnos. Para diagnosticar la tuberculosis, muchos países siguen dependiendo de la baciloscopia de esputo, que consiste en el examen microscópico de muestras de esputo, pero que sólo detecta la mitad de los casos de tuberculosis y es incapaz de determinar si hay farmacoresistencia.
El uso de la prueba rápida Xpert MTB/RIF® se ha ampliado considerablemente desde 2010, cuando la OMS recomendó su empleo por primera vez. La prueba detecta de forma simultánea la tuberculosis y la resistencia a la rifampicina, que constituye el fármaco más importante contra esta enfermedad. Ese método, que permite obtener un diagnóstico en el plazo de dos horas, está recomendado por la OMS como prueba de diagnóstico inicial en todas las personas con signos y síntomas de la tuberculosis.
¿Quiénes presentan el mayor riesgo?
La tuberculosis afecta principalmente a los adultos en sus años más productivos, pero todos los grupos de edad corren el riesgo de padecer la enfermedad. Más del 95% de los casos y de las muertes se producen en países en desarrollo.
Las personas infectadas por el VIH tienen 20 veces más probabilidades de desarrollar tuberculosis activa. Ese riesgo también es más elevado en las personas que padecen otros trastornos que dañan el sistema inmunitario.
Las personas con desnutrición tienen tres veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad. De todos los nuevos casos de TB que se registraron en el mundo en 2018, 2,3 millones se atribuyeron a la desnutrición.
En 2018 enfermaron de tuberculosis 1,1 millones de niños de 0 a 14 años, de los cuales 230.000 (incluidos los niños con tuberculosis asociada al VIH) fallecieron a causa de la enfermedad.
El abuso del alcohol y el tabaquismo multiplican el riesgo de desarrollar TB por 3,3 y 1,6, respectivamente. De los nuevos casos de TB que se produjeron en el mundo en 2018, 0,83 millones se atribuyeron al abuso del alcohol y 0,86 millones al tabaquismo.
La tuberculosis y el VIH
El VIH es la razón principal de que no se logren alcanzar las metas de control de la tuberculosis en zonas donde la infección por VIH es frecuente. La tuberculosis, a su vez, es la causa más importante de mortalidad entre las personas que viven con el VIH/SIDA.
Se calcula que la tuberculosis infantil representa aproximadamente un 6% de todos los nuevos casos y se concentra mayoritariamente en países con alta carga de morbilidad.
La prevalencia de la tuberculosis en las cárceles es hasta 100 veces mayor que entre la población civil. Sin embargo, la tuberculosis no es una consecuenciainevitable del encarcelamiento, y se puede controlar.
Datos y cifras
Es una de las diez causas principales de muerte en el mundo; en 2018 enfermaron de TB 10 millones de personas, de las cuales 1,5 millones fallecieron a causa de la enfermedad; la TB es la causa principal de muerte de personas VIH-positivas; en 2018 enfermaron 1,1 millones de niños, de los cuales 251 000 fallecieron a causa la enfermedad.
La tuberculosis multirresistente sigue suponiendo una crisis de salud pública y una amenaza a la seguridad sanitaria. La OMS estima que hubo 484. 000 nuevos casos con resistencia a la rifampicina (el fármaco de primera elección más eficaz), de los cuales un 78% con tuberculosis multirresistente.
La tuberculosis está presente en el mundo entero. En 2018 la cifra más elevada de nuevos casos de tuberculosis se registró en la región de Asia Sudoriental (44%), seguida por África (24%) y el Pacífico Occidental (18%).
Ese mismo año, el 87% de los nuevos casos de tuberculosis se registraron en los 30 países con alta carga de la enfermedad. Dos tercios de los nuevos casos en el mundo se produjeron en ocho países: India, China, Indonesia, Filipinas, Pakistán, Nigeria, Bangladesh y Sudáfrica.
Las medidas a tomar
La Organización Mundial de la Salud (OMS) pone el acento sobre la urgencia de adoptar medidas para cumplir los compromisos adquiridos por los líderes mundiales, las cuales son: aumentar el acceso a la prevención y el tratamiento; promover una respuesta equitativa, basada en los derechos y centrada en las personas; garantizar una financiación suficiente y sostenible, en particular para la investigación; poner fin a la estigmatización y la discriminación; y establecer la rendición de cuentas.
Para acelerar la respuesta a la TB, los Jefes de Estado celebraron en septiembre de 2018 la primera Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la TB, en la que se comprometieron fehacientemente a poner fin a esta enfermedad.
En 2017, la primera Conferencia Ministerial Mundial hizo una declaración política acordada unánimemente con cuatro metas:
Tratar a 40 millones de pacientes de TB en el quinquenio de 2018 a 2020; ofrecer profilaxis a, por lo menos, 30 millones de personas con infección tuberculosa latente en el quinquenio de 2018 a 2020; movilizar al menos 13.000 millones anuales de dólares para el acceso universal al diagnóstico, tratamiento y cuidados de la TB para 2022;
movilizar al menos 2.000 millones de dólares anuales para la investigación de la TB.
(Con información de la ONU y OMS)