Un gran conflicto parece estar gestándose en torno a la elección que tendrá su desenlace en apenas unas horas en Estados Unidos.
El Político
Por una parte, está la práctica de supresión de votos, esto es, aquellas estrategias dirigidas a dificultar el ejercicio del voto o su conteo y, por la otra, la idea que el presidente Donald Trump ha lanzado con insistencia y virulencia: que es posible que tenga lugar un “fraude electoral”.
Ambos casos se vuelven más importantes en la medida en que el actual ocupante de la Casa Blanca se encuentra por debajo de las preferencias electorales respecto de su adversario político, Joe Biden.
Además, el azote de la pandemia ha producido un repliegue de la población para votar masiva y anticipadamente por correo postal, una estrategia promovida enfáticamente por los demócratas.
La opinión política
Anthony Downs, en su libro An Economic Theory of Democracy (1957)1 presentó la paradoja del voto que afirmaba que elementos importantes de la vida política no podían explicarse en términos del interés personal del votante.
Sino más bien en función de la opinión política que tiende a ser moderada. Asimismo, argumentó que este hecho obliga a los partidos políticos en las democracias para adoptar posiciones centristas, reportó Aristegui Noticias.
El teorema del votante mediano establece que “un sistema de votación por regla de mayoría seleccionará el resultado más preferido por el votante promedio” tendencia que está asociada con la economía de la elección racional y la ciencia política cuantitativa.
Este teorema se sostiene en dos supuestos principales: que los votantes pueden poner a las alternativas políticas dentro de un espectro lineal y, en segundo lugar, que los votantes siempre van a preferir una alternativa más que cualquier otra; su preferencia es un solo punto dentro del espectro.
Esto también supone la posibilidad de construir un “votante promedio”, con ciertas características que lo ponen en el centro del espectro político.
Supresión de votantes
La supresión de votantes es uno de los agujeros negros de la democracia estadounidense, pero existe. Actividad que se caracteriza por no permitir que la gente vote, ya sea manipulando las boletas, haciendo menos transparente el proceso de votación o simplemente colocando barreras físicas frente a las elecciones.
Pueden ser hombres con armas, como sugirió Trump en el primer debate político señalando a los “los muchachos orgullosos se apartan y se mantienen al margen”. Incluso, se produjeron tipos similares de intimidación en forma de pruebas de impuestos electorales o pruebas de lectura como lo hacían en el sur profundo antes de que los negros tuvieran derecho a votar. Esta es una forma de suprimir el voto y desanimar a la gente a votar.
Una de las características de la supresión de votos es que puede ser a través de vías legales e ilegales. El ataque al voto por correo es el más claro ejemplo. Para muestra un par de botones: los horarios de operación de las oficinas de correo se han reducido, se ha negado los pagos por horas extras a los trabajadores de correos y se han quitado buzones.
Trump ha invocado en diferentes ocasiones a que sus seguidores vigilen las estaciones de voto y ha diseminado información falsa, asegurando sobre un fraude electoral a través de los votos por correo, desacreditando los controles institucionales que mantienen el voto libre y seguro en todas sus modalidades; esto también puede ser considerado una forma de supresión electoral.
Por otro lado, desde el Partido Republicano se han implementado diferentes maniobras de supresión electoral para limitar el impacto del voto realizado por correo, y ha puesto a trabajar al poder judicial, desde la Suprema Corte de Justicia -de mayoría conservadora-, hasta cortes federales y estatales para limitar los plazos de recepción de boletas extemporáneas, como es el caso de Wisconsin, Pennsylvania, Carolina del Norte y Minnesota9; todos estos estados vitales para definir el desenlace de la elección.
Respuestas para asegurar las elecciones
Desde que se anunció el Covid-19 en marzo, muchos senadores demócratas (incluida Amy Klobuchar de Minnesota, pero muchos otros también) comenzaron a solicitar fondos adicionales para garantizar la seguridad de las elecciones.
No sólo para proteger las elecciones, sino también para obtener fondos adicionales para volver a emitir boletas de papel y capacitar a los trabajadores electorales para garantizar una elección justa y segura.
Asimismo, el 18 de marzo de 2020 Klobuchar (D-MN) y el senador Ron Wyden (D-WA) introdujeron la Ley de Boletas de Emergencia y Desastres Naturales de 2020 al Senado y luego se incluyó en la Ley HEROES, que fue aprobada por la Cámara de Representantes en mayo y se está negociando con la administración Trump para su aprobación final en el Senado (por lo cual no esperan resolución hasta después de las elecciones). Una situación lamentable.
El ‘fraude electoral’
El fraude electoral es una idea que el presidente Trump ha invocado enfáticamente y con todas sus letras: “La votación por correo ya está demostrando ser un desastre catastrófico.
Incluso, las áreas de prueba están muy lejos. Los demócratas hablan de la influencia extranjera en la votación, pero saben que la votación por correo es una manera fácil para que los países extranjeros participen en la carrera. ¡Incluso más allá de eso, no hay un recuento exacto!”.12
Sin embargo, el fraude electoral, por otro lado, es poco común. Esta es la idea de que en las elecciones aparecen más votantes muertos, o que los oligarcas rusos están votando en masa del exterior y no viven en Estados Unidos.
La BBC declaró que la tasa de fraude electoral en general en los EU es menos del 0.0009%, según un estudio de 2017 del Centro Brennan para la Justicia. Si bien la diferencia que el Covid-19 puede marcar en las elecciones es algo que nadie puede ver, dado que esta es una pandemia única en un centenario, es muy probable que el nuevo proceso de gestión de las elecciones sin financiamiento conduzca a resultados cuestionables.
Pero el Partido Republicano y las declaraciones del presidente Trump en los debates son exageradas, que haya votos perdidos en un río, o que mandan boletas a personas muertas.
Trump ha aumentado la presión al advertir a sus millones de seguidores en las redes sociales de “grandes problemas y discrepancias con las papeletas de votación por correo en todo Estados Unidos”. Y ha manejado incluso que “debe tener el total final el 3 de noviembre”, con respecto al conteo de los votos.