Rusia disparó el lunes un misil contra uno de sus propios satélites a modo de prueba, generando miles de escombros en el espacio. Este hecho ha incrementado la preocupación mundial por la basura espacial.
El Político
Dicha prueba, que hizo que los miembros de la tripulación de la Estación Espacial Internacional (ISS) se pusieran a cubierto, ha incrementado la preocupación por la basura espacial.
El nuevo desaguisado ruso se produce días después de que las potencias mundiales concluyeran una monumental cumbre sobre el clima en Glasgow.
A los problemas abordados en la Cumbre se le añade ahora otra emergencia medioambiental: la basura espacial, reportó CNNEspanol.
La prueba antisatélite fue condenada por las autoridades estadounidenses –y gran parte de la comunidad científica– como un "acto imprudente y peligroso" que podría suponer una amenaza para las actividades espaciales en los próximos años.
La prueba creó más de 1.500 piezas de desechos rastreables, según el Mando Espacial de Estados Unidos. Los fragmentos son un peligro para la actual tripulación de siete personas de la Estación Espacial Internacional –que incluye a dos rusos– y para otros satélites que proporcionan servicios de comunicación cruciales en la Tierra.
Pero la basura espacial recién creada también se suma a las más de 9.600 toneladas de desechos que orbitan nuestro planeta, según la Agencia Espacial Europea.
"El medio ambiente terrestre y el medio ambiente espacial, es solo un medio ambiente", dijo, y añadió que aunque algunos Gobiernos están trabajando en la mejora de la sostenibilidad del espacio, todavía se necesita mucho trabajo diplomático.
La basura espacial no estuvo en la mesa de negociaciones de la cumbre del clima COP26.
Un basurero en el cielo
Invisibles en el cielo nocturno, hay cientos de millones de objetos de desecho orbitando nuestro planeta. Estos desechos se componen de partes de antiguos satélites, así como de satélites y cuerpos de cohetes enteros desaparecidos.
Según un informe de enero de la NASA, al menos 26.000 de los trozos de basura espacial que orbitan la Tierra son del tamaño de una pelota de béisbol o más, lo suficientemente grandes como para destrozar un satélite; más de 500.000 trozos de escombros son del tamaño de una canica, capaces de dañar las naves espaciales, mientras que "más de 100 millones de trozos son del tamaño de un grano de sal que podría perforar un traje espacial".
Cuando estos fragmentos chocan entre sí, pueden crear aún más trozos de desechos orbitales más pequeños.
"Cuanto más pequeño sea el fragmento, normalmente más rápido se desintegrará del entorno", dijo Lewis.
Según el servicio de rastreo espacial LeoLabs, la altura de los restos creados por la prueba de misiles rusa oscila entre los 440 y los 520 kilómetros.
Los desechos a esta altitud son una "preocupación, pero en muchos sentidos una bendición", dijo Lewis. Explicó que los desechos se convertirían en una "lluvia" y se "quemarían" al volver a entrar en la atmósfera terrestre.
Pero la reciente prueba de misiles de Rusia también provocará un "aumento significativo de las acciones para evitar la colisión de obstáculos" que deberán tomar los satélites, dijo Tim Flohrer, experto en desechos espaciales de la Agencia Espacial Europea.
Flohrer también señaló la importancia de servicios como las telecomunicaciones, la predicción meteorológica y el GPS, que dependen de los satélites.
Dijo que aunque la gente no sienta el impacto inmediato de la basura espacial en su vida cotidiana, la sociedad, sin embargo, "depende cada vez más del espacio como infraestructura para muchos servicios en tierra".
"Si la cantidad de basura espacial aumenta cada vez más, pone en peligro el uso futuro del espacio por parte de todos", dijo.
Rusia muestra su fuerza en el espacio
El motivo por el que Rusia lleva a cabo esta prueba ahora es "la pregunta del millón de dólares", dijo Lewis.
"En el pasado, los países han llevado a cabo este tipo de pruebas para demostrar su tecnología y la capacidad, y también para hacer una declaración de que son capaces de hacerlo", dijo.
Sólo unos pocos –Estados Unidos, Rusia, la India y China– han realizado con éxito pruebas de armas antisatélite.
No es la primera vez que Rusia realiza este tipo de pruebas. Pero el incidente del lunes provocó la condena de Occidente por poner en peligro la Estación Espacial Internacional (EEI) y su tripulación.
La tripulación tuvo que ponerse rápidamente sus trajes espaciales y saltar a su nave en caso de que la estación fuera golpeada por algún desecho que pasara, según la agencia espacial rusa Roscosmos. Pero en un mensaje publicado en Twitter, Roscosmos restó importancia al peligro.
"La órbita del objeto, que obligó hoy a la tripulación a trasladarse a la nave espacial según los procedimientos estándar, se ha alejado de la órbita de la EEI", tuiteó Roscosmos. "La estación está en la zona verde".
El incidente se produce en un momento de aumento de las tensiones entre Estados Unidos y Rusia.
Funcionarios estadounidenses han hecho sonar públicamente la alarma sobre la acumulación de tropas de Rusia cerca de su frontera con Ucrania y se unieron a las naciones europeas para expresar su preocupación por la crisis de los migrantes en la frontera con el estrecho aliado de Rusia, Belarús.