La ONU llamó este viernes a emprender acciones urgentes que permitan adaptar la agricultura al cambio climático y evitar que este fenómeno cause más hambrunas en un mundo donde casi 800 millones de personas no tienen suficiente para comer.
Debido a que el Día Mundial de la Alimentación cae este año en domingo, el próximo, las agencias de las Naciones Unidas en Roma aprovecharon la jornada del viernes para destacar que, si el clima cambia, la agricultura y la alimentación también deben hacerlo.
También se reunieron en la capital italiana representantes de medio centenar de ciudades para impulsar un pacto a favor de políticas alimentarias sostenibles.
Durante la ceremonia central, el director de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, sostuvo que no se pueden evitar las sequías, pero sí impedir que estas deriven en hambrunas "si se toman las medidas apropiadas".
Ante fenómenos naturales extremos cada vez más frecuentes, como el último huracán Matthew que ha destruido parte de Haití, Da Silva apuntó que la adaptación y la mitigación de los efectos del cambio climático es "fundamental".
Especialmente lo es para los pequeños agricultores, que necesitan acceder a la innovación tecnológica y los programas sociales, entre otros recursos.
Se calcula que más del 80 % de la población que pasa hambre vive en países que sufren desastres naturales y degradación ambiental.
El primer ministro de Italia, Matteo Renzi, consideró que, al igual que la inmigración, la pobreza y el hambre son cuestiones políticas que deben ser abordadas con "valores" y sin caer en los "egoísmos nacionales".
Precisamente el papa Francisco afirmó en un mensaje leído por el observador permanente de la Santa Sede ante la FAO que las instituciones nacionales e internacionales deben actuar con "solidaridad" para garantizar una justa distribución de los alimentos, "aun cuando la lógica del mercado sigue otros caminos".
"De la sabiduría de las comunidades rurales podemos aprender un estilo de vida que nos puede ayudar a defendernos de la lógica del consumo y de la producción a toda costa", dijo el papa, que denunció el abandono que sufren muchos campesinos, pescadores y ganaderos afectados por el cambio climático.
Justo cuando faltan unas semanas para que se celebre en Marrakech la próxima cumbre del clima, la princesa Lalla Hasnaa de Marruecos insistió en que ahora los países deben cumplir el pacto que firmaron el año pasado en París y ayudar al continente africano a desarrollar su agricultura y mejorar su seguridad alimentaria.
Los invitados al acto destacaron además la necesidad de erradicar el hambre en todo el mundo con medidas concretas y cumplir así con uno de los objetivos incluidos en la agenda para el desarrollo sostenible fijada por la comunidad internacional para 2030.
Con políticas destinadas a reducir el desperdicio de alimentos, mejorar la nutrición de la población y fomentar la agricultura urbana, unas 130 ciudades de todo el mundo se han sumado para desarrollar un pacto firmado el año pasado en Milán, explicó el alcalde de esa ciudad italiana, Giuseppe Sala.
Responsables de casi cincuenta de esas localidades -entre ellas, Ciudad de México, Córdoba (Argentina), Madrid, Barcelona o Medellín- se dieron cita en Roma para seguir intercambiando experiencias en forma de red.
Sala detalló algunos esfuerzos que están llevando a cabo para que los comedores escolares de la ciudad se nutran de alimentos producidos en zonas próximas, para que las grandes cadenas redistribuyan los excedentes de comida o para que haya agua potable y alimentos saludables para todos.
En las ciudades, que ocupan solo un 3 % de la superficie terrestre, vive más de la mitad de la población mundial, lo que influye fuertemente en el comercio de alimentos y la cadena productiva.
Con información de EFE