Naciones Unidas designó este viernes a Mohamed Abdi Affey como su primer enviado especial para los refugiados somalís con el objetivo de abordar el polémico programa de repatriaciones voluntarias con el que Kenia pretende cerrar el campamento de Dadaab, donde viven unos 300.000 somalís.
"El enviado especial ayudará a maximizar los esfuerzos para buscar soluciones para los refugiados somalís y los solicitantes de asilo a nivel nacional y regional", indicó en un comunicado la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
Después de que Kenia anunciara su intención de cerrar Dadaab, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) pactó con las autoridades kenianas un programa para reducir a la mitad el número de refugiados residentes en el campamento a finales de año a través de repatriaciones voluntarias.
Sin embargo, Human Rights Watch (HRW) denunció recientemente que este programa de repatriación "no cumple con las normas internacionales para el retorno voluntario de los refugiados" a Somalia, un país en estado de guerra por el asedio del grupo yihadista Al Shabab.
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Los refugiados somalís denunciaron a HRW la intimidación por parte de las autoridades, el silencio sobre las alternativas que les permitirían quedarse en Kenia, la falta de información sobre la situación en Somalia y una donación en efectivo de 400 dólares de la ONU que perderían si no abandonan ahora Dadaab.
En este sentido, la ONU señaló que su enviado especial mediará para "mejorar el diálogo entre los Gobiernos donde se solicite el asilo, Somalia y la comunidad internacional para ayudar a mantener el asilo para los refugiados somalís".
El mandato de Affey, quien trabajó anteriormente en la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), tendrá una duración inicial de seis meses.
Según datos de la ONU, actualmente hay un millón de refugiados somalís que viven en el exilio en la región (Yibuti, Etiopía, Kenia, Uganda y el Yemen), mientras que cerca de 1,1 millones siguen desplazados dentro de Somalia.
El cierre del campamento de Dadaab, en pie desde hace 25 años, ha suscitado muchas críticas en todo el mundo debido a la dificultad y el peligro que supone repatriar a cientos de miles de personas a un país que todavía vive en guerra y bajo la amenaza constante de Al Shabab.
Con información de EFE