Los hurtos causan muchas pérdidas en los expendios de alimentos y en los comercios al detal, pues los ladrones de manera silenciosa y no violenta se llevan los comestibles, preferiblemente las latas pequeñas.
La insólita nueva modalidad para tomarse un café “dulcito” en Venezuela (FOTO) https://t.co/7j2aFy2SP9 #ElPolitico pic.twitter.com/iaQOEry2ZN
— El Político (@elpoliticonews) January 24, 2018
Este problema se ha extendido en las principales ciudades del territorio nacional y va desde comerse un alimento dentro del mismo establecimiento o hurtarlo. A veces para sacar los productos pueden actuar en complicidad con otros sujetos que atemorizan a los vigilantes. Pero también, éstos últimos, a veces, son cómplices en el delito.
La rapacería de alimentos de orden famélico, se ha incrementado en estos cinco años originado por la escasez de productos y por la necesidad; es decir, para poder alimentarse y sobrevivir.
También prevalece la idea de que tales mercancías son “bachaqueadas”, es decir, revendidas por buhoneros a precios que son 200% o 300% más altos que los que tienen en un establecimiento.
Para prevenir que inescrupulosos sustraigan alimentos u otros productos, los comercios, además de invertir en tecnologías de vigilancia así como en vigilantes, se inventaron las fichas, las cuales, el comprador toma y la paga directamente en la caja.
Y es que ante la creciente ola de hurtos de enlatados pequeños en los comercios, algunos dueños impusieron las fichas, las cuales deben mostrarse en caja y ahí mismo se paga para dar de inmediato la mercancía.
Dioooooosssss, ¿Cómo es posible que vendan el diablitos así? ?? pic.twitter.com/HgEuVLjbiH
— Rafael Sifontes ?️? (@imraff) January 23, 2018