En un escenario en el que se plantea la eventualidad de que el expresidente Donald Trump regrese al poder, se prevé una reestructuración de gran alcance en la geopolítica global. Aunque las elecciones aún están lejanas, los líderes extranjeros están comenzando a evaluar cuidadosamente sus estrategias ante la posibilidad de una segunda presidencia del republicano en Estados Unidos en 2024.
El Político
La figura de Trump ha creado una dinámica de anticipación, en la que algunos países están retrasando decisiones, esperando que puedan negociar acuerdos más favorables una vez que él este en el poder, mientras que otros están preparándose para enfrentar potenciales consecuencias desfavorables.
Posturas persistentes
La postura de Rusia en su guerra contra Ucrania es ilustrativo de esta dinámica. Putin parece dispuesto a continuar con el conflicto, ya que supone que Trump, de regresar al poder, podría “ofrecerle condiciones más ventajosas para Rusia” que las que actualmente podrían obtener de la administración de Biden. Por otro lado, los aliados de Ucrania en Europa están considerando la posibilidad de que Trump vuelva al poder para crear alianzas estratégicas.
Esta situación muestra cómo la figura de Trump está impactando en la toma de decisiones a nivel internacional, generando un grado de incertidumbre y preocupación en cuanto a las políticas y acciones que podrían surgir bajo su liderazgo. Por lo tanto su influencia es evidente incluso antes de las elecciones de 2024.
En cuanto a la OTAN, es importante destacar la voluntad de Trump de cuestionar la dependencia de Europa a la defensa estadounidense, expresada a través de sus críticas a la OTAN y su falta de interés en la alianza.
La posibilidad de que el republicano de retirarse de la OTAN y su presión para que los países europeos cumplan con el gasto acordado genera incertidumbre y ha llevado a algunos líderes europeos a considerar la posibilidad de que necesiten reforzar sus propias defensas si Trump regresa al poder. Esta perspectiva sugiere la posibilidad de un cambio significativo en la dinámica de seguridad y defensa en Europa bajo un segundo mandato de Trump.
En relación al tema ambiental y energético hay que resaltar la contradicción entre las promesas de transición hacia energías renovables realizadas en la COP28 y la realidad de un mayor uso de combustibles fósiles por parte de las principales potencias.
De vuelta al orden
En un escenario en el que un potencial segundo mandato de Trump llevaría a un nuevo orden en el ámbito comercial, así como en la política de inmigración de Estados Unidos.
El enfoque de Trump hacia las relaciones comerciales es a través de la imposición de aranceles y la intención de introducir un arancel universal del diez por ciento a las importaciones. Además, se subraya su posición en el conflicto comercial con China, identificándola como un "adversario letal" y proponiendo medidas para disminuir la dependencia de Estados Unidos en productos chinos.
Del mismo modo podría existir una postura restrictiva de Trump, manifestando su intención de "cerrar la frontera" y realizar una "operación de deportación interna más grande en la historia de Estados Unidos". Esto plantea la perspectiva de una política migratoria más dura y la posibilidad de abordar la migración irregular de manera más responsable.
Segundo mandato para Trump
Existe la posibilidad de que Trump llegue a la Casa Blanca y tenga un impacto significativo en la política exterior de Estados Unidos, lo cual generaría una mayor incertidumbre en las relaciones internacionales. Los actores internacionales podrían enfrentar desafíos al lidiar con un gobierno estadounidense que ha demostrado un enfoque más consistente y menos predecible en sus relaciones globales. Esto podría influir en la forma en que otros países se relacionan entre sí, creando así una etapa de mayor respeto y tensiones en la arena internacional.