Según la Universidad del Sur de Florida (USF), el maloliente sargazo llegó a las turísticas playas floridanas para quedarse. Se trata del cinturón de sargazo del Atlántico, que viaja durante todo el año desde África Occidental hasta el Golfo de México, y que ha crecido más que nunca.
El Político
Para este año, la USF prevé una invasión de esta alga marrón aún peor que la de 2018 mientras persista el vertido de nutrientes al Atlántico desde la costa africana y sudamericana.
Así que quien tenga ganas de nadar por estos días en el mar Caribe o en el Golfo de México, tendrá que abrirse camino a través de una alfombra de algas pardas del género Sargassum.
Este año tiene una longitud de aproximadamente 8.800 kilómetros y pesa 10 millones de toneladas.
La masa de sargazo es tan grande que la única forma de ver todo el cinturón es desde el espacio.
Para que vean que el “problema que no es tan grande” del #Sargazo también alcanza gran parte de la costa oeste de Florida. No te puedes meter al mar acá tampoco y no se ve que la estén levantando ? pic.twitter.com/raJWAC7ivV
— Álvaro Velasco (@alvarovr) June 30, 2019
¿Por qué es importante?
Tras divulgarse recientemente el hallazgo de la mayor floración de estas macroalgas en el mundo, con una longitud de hasta 8.850 kilómetros, la USF detalló en un estudio que la invasión "no representa una amenaza real para EEUU, pero sí constituye un problema para algunas playas en la costa este de Florida"
Así lo explicó a Efe Chuanmin Hu, uno de los autores del reporte. La detección de esta gigantesca masa de sargazo se logró gracias al análisis de imágenes de satélite de la NASA
En Florida, donde el turismo juega un papel importante en la economía de la región, su aparición también se notó con gran fuerza a partir de 2011 y se ha ido acrecentando, con excepción de 2013, hasta llegar a un récord en 2018, según el estudio.
Sin embargo, lo más preocupante es que el fenómeno no frenó cuando bajaron la temperaturas.
Ni siquiera las barreras frente a las playas o la interceptación en el mar fueron suficientes para hacer frente a la enorme cantidad de algas, que se acumulan en las playas y generan un hedor difícil de soportar, reportó DW.
El sargazo
El sargazo proviene originalmente del mar de los Sargazos, al este de Florida, donde siempre ha habido este tipo de algas.
Debido a los cambios en los vientos y las corrientes en el Atlántico Norte causadas por el cambio climático, las algas se desplazaron hacia el sur en 2011.
En la zona tropical, las algas pardas hallaron condiciones favorables: mucha luz solar, altas temperaturas y nutrientes, todo lo cual ayudó a una rápida expansión.
Si las algas no se secan y desechan de manera adecuada, son un problema, dice Mar Fernández, del Instituto Alfred Wegener, de Bremerhaven, Alemania.
"A medida que las algas se pudren, liberan dióxido de carbono y metano, lo que tiene consecuencias para el cambio climático. Además tienen sustancias tóxicas, como el arsénico, que pueden envenenar las aguas subterráneas", explica.
La experta advierte que las algas que quedan flotando en el mar también afectan el ecosistema costero. "Esas alfombras de algas no dejan pasar la luz del sol y limitan la disponibilidad de oxígeno", explica. Esto muchas veces tiene consecuencias nefastas para las especies marinas, manglares y corales.
"Durante los meses de invierno, la mayoría de sargazo desaparece en las imágenes de satélite, pero este año es inusual", explicó el profesor de la Facultad de Ciencias Marinas de la USF que analizó más de diez años de estas instantáneas.
Señaló que no cree que haya cifras exactas sobre los estragos económicos del sargazo en playas turísticas del Caribe y México, pero considera que deben ser "muy graves" a juzgar por la declaración de "emergencia nacional" en algunos países de la región.
¿A qué se debe el fuerte aumento?
Las observaciones satelitales muestran que este año hay más sargazo que nunca antes. Según la Universidad del Sur de Florida, alrededor de 13 toneladas de algas se desplazaron desde el Atlántico Central al Mar Caribe a fines de marzo.
"Las poblaciones de sargazo aumentan en primavera y verano, cuando las condiciones les son más favorables, por lo que es probable que la población de este año sea mayor que el récord de 2018″, dice Brigitta van Tussenbroek, investigadora del Departamento de Sistemas Arrecifales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Además, el aumento de las concentraciones de CO2 en la atmósfera beneficia el crecimiento de las algas. Florian Weinberger, responsable de ecología marina en el Helmholtz Center for Ocean Research, en Kiel, Alemania, dice que "el ingreso de nutrientes en los océanos está aumentando a nivel general.
Hasta ahora el mar ha logrado diluirlos, evitado así que sean un problema mayor, pero llegará un punto en que la capacidad de dilución del mar se supere”.
En contexto
La explosión de esta alga, según el reporte, indica que ha habido cambios en la química, biología y/o física del océano relacionados con el consumo de fertilizantes en Brasil, las tasas de deforestación en el Amazonas y la descarga del río Amazonas.
"En resumen, más nutrientes, como el nitrógeno, significa más algas marinas", dijo.
A esto se suman los vertidos naturales de nutrientes de la costa de África occidental.
"Todo esto está relacionado con el cambio climático porque afecta las precipitaciones, la circulación oceánica e incluso las actividades humanas, pero lo que hemos demostrado es que estas floraciones no se producen debido al aumento de la temperatura del agua", aclaró Hu.
El informe de USF detalla que en 2018 el cinturón, que alcanzó a pesar 20 millones de toneladas, más que 200 portaaviones completamente cargados, causó estragos en las costas que bordean el Atlántico tropical, el Mar Caribe, el Golfo de México y la costa este de Florida.
¿Cómo se puede frenar el crecimiento de las algas?
"Tenemos que dejar de lanzar tanto CO2 a la atmósfera, es decir, detener el calentamiento global", dice Mar Fernández. Pero incluso si eso ocurriera, los efectos sobre el aumento de las algas aparecerían muy lentamente.
Sin embargo, a diferencia de lo que podría creerse, tanto Fernández como Weinberger quieren que cada vez haya más algas pardas en los océanos, porque ambos piensan que podrían ayudar de manera quizás decisiva a luchar contra el cambio climático.
Primero, porque las algas flotantes reflejan más luz solar que el océano, por lo que una mayor cubierta de algas podría provocar una caída en la temperatura global.
Y segundo, porque el sargazo absorbe mucho CO2. La "reforestación" de los océanos con algas pardas en acuicultura tiene el potencial, si se cultivara en todas las zonas adecuadas, de absorber 64 gigatoneladas de CO2 por año.
Slimy, pungent seaweed is piling up along Atlantic beaches and @USouthFlorida @USFCMS researchers say it's going to stick around for a while. They've just discovered the world's largest bloom of seaweed and are now getting international attention. https://t.co/66BWXiYlgN pic.twitter.com/VLLZp1Ooc6
— USF News (@USFNews) July 5, 2019
En conclusión
El impacto de la masa de sargazo en Florida tampoco es claro. Por lo pronto los turistas y residentes se quejan del olor en donde se acumula esta alga y la apariencia amarillenta del agua en algunas playas turísticas, habitualmente cristalinas.
Esa es la tajada que le ha tocado a Florida del llamado Gran Cinturón del Atlántico del Sargazo (GASB, en inglés) detectado por la USF la semana pasada y que se extiende desde África occidental hasta el mar Caribe y el Golfo de México.
El estudio, liderado por el profesor Mengqiu Wang, detalla que aunque desde el siglo XV Cristóbal Colón reportó colchonetas flotantes de estas algas en el centro del Atlántico, lo alarmante a partir de 2011 es que han aumentado en "extensión y densidad".
"Tales floraciones recurrentes pueden convertirse en la nueva normalidad", señaló Wang.
Hu, por su parte, explicó que la floración en el Caribe durante los primeros meses de este año fue incluso peor que la de 2018, lo que indica que persistirá los próximos meses.
"Probablemente están aquí para quedarse", lamentó Hu.
Explicó que el sargazo huele cuando se concentra grandes cantidades y se pudren, lo cual se ha detectado en algunas playas de la zona turística South Beach.
"Las algas gruesas liberan gas de sulfuro de hidrógeno y huelen a huevos podridos, lo que puede ser problemático para las personas con problemas respiratorios", señala el estudio.
Sin embargo, Hu dijo que el olor no es el mayor problema, ya que hay otras consecuencias adversas económicas y para la fauna marina.
En mar abierto, el sargazo sirve como hábitat y refugio para varios animales marinos, explicó Wang. "A menudo veía peces y delfines alrededor de estas colchonetas flotantes".
Pero a la vez dificulta la capacidad de algunas especies marinas para moverse y respirar. Además, las algas también pueden sofocar los corales y las hierbas marinas si grandes cantidades mueren y se hunden en el fondo del océano.
"En resumen, más nutrientes, como el nitrógeno, significa más algas marinas", finalizó.