En el presente, el desarrollo de la Inteligencia Artificial – IA, supone un nuevo reto para las leyes que rigen a la propiedad intelectual.
El Político
Los inventos existen desde tiempos remotos. Ubicar a ciencia cierta cuál fue la primera creación humana relevante, se pierde en el tiempo.
Aunque, según estudiosos de la evolución humana, los primitivos habitante inventaron la rueda. Al parecer, en la antigua Mesopotamia.
Este es —quizás– el primer invento atribuible a la humanidad. Un invento que lo cambiaría todo. Pues a partir de este nuevo instrumento, la humanidad se desarrollo de manera exponencial.
Pero no fue sino mucho tiempo después, que la necesidad de reglamentar los inventos se hizo necesaria.
Así, nació el Estatuto de Patentes de Venecia de 1474. Este fue el primer intento por reglamentar los inventos. Posteriormente, en 1883, se realizó la Convención de París, para la Protección de la Propiedad Industrial.
?️Sin duda ChatGPT es una gran herramienta; pero como todas, debe ser usada con responsabilidad…
?Recordemos las Leyes establecidas por Isaac Asimov en 1942 que dan el marco ÉTICO para la construcción y uso de Robots y de Inteligencia Artificial…??
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— Carol Perelman (@carol_perelman) February 17, 2023
¿Los algoritmos deciden por los humanos?
Pero en el presente las cosas son muy diferentes. La presencia activa de inteligencia artificial lo está cambiando todo.
En efecto, sabemos que en el año 2020, un algoritmo de aprendizaje automático ayudó a un equipo de científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts – MIT, a desarrollar un potente antibiótico.
Un invento que no fue atribuible solo al ser humano. Aunque el algoritmo que puso su parte, es una invención humana también. En todo caso, este invento funciona contra muchos patógenos, que es lo relevante.
Pero estos algoritmos deciden por uno, sobre todo en redes sociales: Donde ellos nos muestran lo que interpretan como de nuestro interés. Dejando de visibilizar otras informaciones que también son relevantes.
La IA también se está utilizando mucho en industrias como la farmacéutica, para apoyar en el desarrollo de nuevas vacunas y el diseño de medicamentos.
El descubrimiento de nuevos materiales o en el desarrollo de tecnología espacial, también es posible gracias a la IA.
Inteligencia con la que también se pueden encargar la redacción de un textos, componer canciones, crear imágenes, sonidos y videos, entre muchos otros usos.
Así que toda esta revolución de la Inteligencia Artificial supone nuevos retos para el desarrollo de novedosas normativas, ajustadas a los tiempos que corren.
Tanto ha cambiado el panorama de las reglamentaciones, que ya en más de 100 países se han presentado solicitudes de patentes, donde se les atribuyen a sistemas de IA su autoría.
Los avances de la inteligencia artificial permitirán agilizar tareas de los profesionales que trabajan en el sistema jurídico: desde la obtención y el análisis de datos y la toma de decisiones a la creación de leyes #observatoriovodafone por … https://t.co/UQ3zfyOXmP
— EL PAÍS (@el_pais) March 30, 2021
Entramados legales
Pero, ¿qué pasaría si los tribunales deciden que los inventos atribuibles a la IA no pueden ser patentados?
En este caso, las implicaciones podrían ser sumamente complejas. Sobre todo porque sería más sencillo y económico invertir en una IA, que en departamentos de investigación básica.
Y esto supone un desplazamiento del trabajo intelectual, de la mano de obra. Como cuando las máquinas eliminaron puestos de trabajo, durante la revolución industrial.
En este sentido, Alexandra George, experta en leyes de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, dice que la clave sería que: "en lugar de obligar a las viejas leyes de patentes a adaptarse a la nueva tecnología, proponemos que los gobiernos nacionales diseñen una ley de propiedad intelectual a medida, que proteja las invenciones generadas por IA".
Por su parte, Cason Schmit, docente e investigador de la Universidad de Texas, opina que: "dado el impacto potencial de la IA en casi todos los aspectos de la vida diaria, se necesita urgentemente una regulación que garantice su uso apropiado y ético".
Ambos investigadores indican que el avance de la IA va mucho más rápido que las políticas y leyes regulatorias. El desarrollo de leyes para encarrilar a la IA no va a la par de su desarrollo propiamente dicho.
Por lo que se hace muy necesario avocarse al diseño de leyes y normativas, que permitan ejercer un control sobre los sistemas de IA. De lo contrario podría generarse una anarquía y un descontrol de proporciones inimaginables, y hasta peligroso.
Es más, se le podría pedir a un sistema de IA que redacte las nuevas leyes, para su propia auto regulación, con la debida supervisión humana, por supuesto.
Esto es en lo que esta madurando CliniXy (https://t.co/tWWqe50d5w) a ser una Inteligencia Artificial para ayudar a descubrir nuevas reglas (leyes) aplicables en ciencia. pic.twitter.com/8ZzGAJlCCf
— Iñigo Ximeno (@iximeno) February 18, 2023