Estados Unidos vive una crisis migratoria sin precedentes. El ingreso de personas indocumentadas al país logró un récord en el año fiscal 2023 y todos se preguntan: ¿Qué estará pensando el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden?
El Político
Mientras el país estalla en un espectáculo de terror en la frontera sur, la Casa Blanca está librando una batalla, no contra las bandas armadas que se infiltran en territorio norteamericano o en las decenas de miles de personas que cruzan ilegalmente la frontera, sino contra el gobernador de Texas, que está intentando proteger a sus ciudadanos de la horda rebelde.
El gobernador Greg Abbott ha ordenado la construcción de barreras de alambre de púas para evitar que las personas entren entre puertos de entrada legales; la Casa Blanca obtuvo permiso de la Corte Suprema para eliminarlos y ahora se encuentra en una puja legal.
Además, los republicanos en el Congreso han exigido que la administración Biden asegure la frontera a cambio de dar luz verde a la ayuda a Ucrania e Israel pero no parece interesarle, ya que aseguró, es el mismo Congreso quien debe tomar la decisión. ¿De verdad?
Más allá de todo este caótico escenario, las cifras hablan por sí solas.
El 20 de octubre de 2023, la administración Biden renovó su solicitud al Congreso de fondos suplementarios de emergencia para la gestión de fronteras. Esta nueva solicitud de $14 mil millones representa un aumento de más de $10 mil millones con respecto a la propuesta original de la administración en agosto.
El dinero iría destinado a enviar agentes a la patrulla fronteriza adicionales a los que están trabajando y cuyo financiamiento está en el presupuesto fiscal del 2024, máquinas de inspección de última generación para ayudar a detectar fentanilo, miles de policías y agentes de asilo.
Además quiere poner en marcha 375 nuevos equipos de jueces de inmigración para agilizar el procesamiento de casos, aumentar las subvenciones a gobiernos locales y oenegés para la provisión de alimentos y refugio para los migrantes y ampliar las "vías legales".
Sin embargo, nada de esto es una solución real al problema que aborda el país y el cual significa todo para los votantes: la inmigración ilegal.
De igual forma, la petición es significativamente mayor de lo que pidió la Casa Blanca en septiembre, cuando pidió 4,000 millones de dólares en fondos para seguridad fronteriza que se agregarían a un proyecto de ley de financiación gubernamental a corto plazo.
Para ser un año electoral y muy importante para su reelección y permanencia en el poder, el mandatario nacional parece no priorizar un tema que día a día es más importante en la sociedad estadounidense… y que además, podría enterrarlo para siempre (y no en la Casa Blanca).