Latinos y españoles celebran su Día, mientras las estatuas de Cristobal Colón son derribadas en algunos lugares por quienes pretenden reivindicar de este modo el aporte de las culturas originarias establecidas antes de la llegada de los españoles.
El Político
El rótulo Fiesta de la Raza, que se introdujo en 1913 para denominar las celebraciones del doce de octubre, fue suscitando desde muy pronto razonables recelos por su indefinición y por las adherencias ideológicas de las que se iba cargando el propio concepto de raza en aquellos años.
"Apellidar Fiesta de la raza a lo que es sencilla y netamente fiesta de la familia hispanoamericana, se me antojó siempre inadmisible hipérbole, pues pugna con la lógica y con la historia.» (Ricardo Monner Sans, La fiesta hispanoamericana. Discurso en la Escuela Argentina Modelo (12 de octubre de 1918), Buenos Aires 1918, págs. 4-5.)
Ya el 12 de octubre de 1918, en Buenos Aires, Ricardo Monner Sans, nacido en Barcelona en 1853, cónsul de España en Hawai desde 1882, antes de radicarse en la Argentina en 1889, quien ya en 1892 había organizado el primer Homenaje a Cristóbal Colón en Buenos Aires, siempre atento al cuidado y la pureza de la lengua española, introduce, en el discurso conmemorativo que pronuncia en la Escuela Argentina Modelo, el rótulo de “Fiesta hispanoamericana”, pues le repugna el de Fiesta de la raza, “ya que hoy, en el siglo XX, no acierto a ver más que una raza, la humana”:
528 años después Colón es motivo de polémica
Su nombre y lo que representa son sinónimos de broncas, violencia, repudios, escraches a sus monumentos en Sudamérica, Europa e incluso en los Estados Unidos, donde bautizaron “Síndrome de Cristóbal Colón” al artilugio de los candidatos para seducir ciudadanos latinos -son más de 60 millones- durante las campañas electorales y luego ignorarlos hasta la nueva votación.
«A mi parecer, y bien puedo andar descarriado en mi raciocinio, el día 12 de octubre de cada año, no es la fiesta de ninguna raza; es, a lo sumo, y ello ya es mucho y grande e interesante para nosotros, la fiesta de la gran familia española, fiesta íntima a la que asociarse pueden todos los pueblos de la tierra, como a las fiestas íntimas de nuestros individuales hogares se asocian cariñosos amigos y aun deferentes conocidos", escribía Ricardo Monner Sans, La fiesta hispanoamericana. Discurso en la Escuela Argentina Modelo (12 de octubre de 1918), Buenos Aires 1918, págs. 4-5.)
Hacia 1929 el sacerdote católico español Zacarías de Vizcarra, radicado en la Argentina, propone, en un artículo publicado en la revista Criterio, de Buenos Aires, que “Hispanidad” debiera sustituir a “Raza” en la denominación de las celebraciones del doce de octubre (la Fiesta de la Raza había sido propuesta en 1913 por Faustino Rodríguez San Pedro, desde la organización Unión Ibero-Americana, de Madrid).
El término hispanidad, utilizado ya por Unamuno en un artículo publicado por La Nación, de Buenos Aires, el 11 de marzo de 1910, comienza un nuevo florecimiento a partir de 1926, de la mano del médico argentino Avelino Gutiérrez y de dos periodistas españoles, el socialista Luis Araquistain y el liberal Dionisio Pérez, quienes se convierten, durante los años 1926 y 1927, en principales propagadores de su uso
El 15 de diciembre de 1931, Ramiro de Maeztu, que había sido Embajador de España en la Argentina en 1928 y 1929, inicia la revista Acción Española con un artículo, “La Hispanidad”, que comienza: ‘El 12 de octubre, mal titulado el Día de la Raza, deberá ser en lo sucesivo el Día de la Hispanidad.’
En su plenitud la segunda República Española, el 12 de octubre de 1935, mientras en Sevilla se inauguraba el XXVI Congreso Internacional de Americanistas, se celebraba en Madrid, por vez primera, el Día de la Hispanidad. A la lorquiana hora de las cinco de la tarde pronunciaba Ramiro de Maeztu un elocuente discurso, nada menos que en la Academia Española, sobre el descubrimiento y la colonización de América. Además, el primer número de la revista quincenal Hispanidad –“la revista de exaltación de España”– lleva esa fecha del 12 de octubre de 1935, y ofrece un artículo de Maeztu titulado precisamente “El día de la Hispanidad”. En el segundo número de esa revista puede leerse:
«La conmemoración de la fiesta de la Hispanidad. Con gran brillantez se ha celebrado este año el día de la Hispanidad. Toda España se ha sumado a su conmemoración. Y no solamente en España. En América, ni qué decir. En cuanto al extranjero, allí donde existe un núcleo de españoles se han reunido y han brindado por la raza española.» (Hispanidad, nº 2, 1 noviembre 1935, pág. 26.)
El 12 de octubre de 1939, tras poco más de seis meses de postguerra, la celebración oficial del día de la Raza, presidida por Francisco Franco, tiene lugar en Zaragoza, con una especial devoción a la Virgen en el día del Pilar, pero, sobre todo, como Día de la Hispanidad, símbolo de la nueva política interior y exterior que se propugnaba.
Oficialmente el Día de la Hispanidad no alcanza reconocimiento en España hasta 1958, cuando un decreto de la Presidencia del Gobierno, de 10 de enero de 1958, declara el 12 de octubre fiesta nacional, bajo el nombre de Día de la Hispanidad:
El Gobierno español, queriendo elevar a la máxima categoría legislativa la conmemoración de la gesta descubridora, y dando cumplimiento a la promesa contenida en el Decreto de doce de octubre de mil ochocientos noventa y dos, presentó a las Cortes del Reino, y éstas aprobaron, la Ley de quince de junio de mil novecientos dieciocho, que lleva la augusta sanción de Su Majestad don Alfonso XIII, y el refrendo de su Presidente del Consejo de Ministros, don Antonio Maura.
No sería justo limitar hoy la conmemoración del descubrimiento al recuerdo de un pasado incomparablemente grande y bello.
La Comunidad hispánica de naciones –que convive fraternalmente en la Península y en el Nuevo Continente con la Comunidad Luso-Brasileña– tiene el ineludible deber de interpretar la Hispanidad como un sistema de principios y de normas destinado a la mejor defensa de la civilización cristiana y al ordenamiento de la vida internacional en servicio de la paz.
De aquí el que debamos entender principalmente este aniversario como una prometedora vertiente hacia el futuro; y la Hispanidad misma como doctrina de Fe, de Amor y de Esperanza que, asegurando la libertad y la dignidad del hombre, alcanza con idéntico rigor a España y a todos los pueblos de la América Hispánica.
La autonomías no se consideran hispanas
Pero el cáncer autonómico anidado en la Constitución de 1978, en esa metástasis desbordada que anhela la descomposición de la Nación Española, se apresura a plantear al Gobierno de España un conflicto de competencia sobre su capacidad para establecer una fiesta de ámbito nacional, y además como Día de la Hispanidad:
«Conflicto positivo de competencia número 91/82, interpuesto por el Consejo Ejecutivo de la Generalidad de Cataluña, contra los Reales Decretos 2819 y 3217/1981, de 27 de noviembre.
El Tribunal Constitucional, por providencia de 31 de marzo actual, ha admitido a trámite el conflicto positivo de competencia interpuesto por el Consejo Ejecutivo de la Generalidad de Cataluña, y en su nombre por el Abogado don Manuel María Vicéns i Matas, en relación con los Reales Decretos 2819 y 3217/1981, de 27 de noviembre, que determinan las fiestas de ámbito nacional a efectos laborales.
Por lo que, de conformidad con lo establecido en la Ley Orgánica 2/1979, de 3 de octubre, de Tribunal Constitucional, se publica para general conocimiento.
En 1987, la Ley 18/1987, aunque ratifica –frente a quienes pretendían elevar de categoría la conmemoración del 6 de diciembre, Día de la Constitución de 1978– como festividad nacional de España el día asociado al Descubrimiento, y “establece el Día de la Fiesta Nacional de España en el 12 de octubre”, prescinde de la denominación Día de la Hispanidad –aunque formalmente no deroga el RD 3217/1981–, concepto desprestigiado entre los secesionistas enemigos de la lengua española y entre una progresía resentida y despistada que, en el mejor de los casos, estaba preparando las conmemoraciones del V Centenario bajo el yugo ideológico del “Encuentro entre culturas”.
Bien entrado el siglo XXI la ciudadanía y los medios de comunicación, en España y en las repúblicas americanas que hablan español, incluyendo los Estados Unidos del Norte de América, vienen denominando a la festividad del 12 de Octubre como Día de la Hispanidad, pues sin duda lo es, al margen de lo que prescriban determinadas disposiciones legales coyunturales, más o menos vergonzantes o acomplejadas, y sometidas a los dictados de la leyenda negra, cuando no simplemente de la imbecilidad.
Día de la Resistencia Indígena
En el afán de cambiar lo incambiable, como lo fue la llegada de Cristobal Colón a América, la estatua de Cristóbal Colón en Caracas fue reemplazad por una estatua de un jefe indígena. Y muchas otras estatuas de famosos héroes indígenas que resistieron la colonización de España también se erigen en la misma área.
En el pasado, y actualmente en algunos otros países de América Latina, el Día de la Hispanidad se llamaba Día de la Raza. Fue una especie de feriado cultural hispano, pero en Venezuela ese nombre es ahora denunciado como racista por muchos. En lugar de celebrar el descubrimiento de América por parte de Colón, lo que ahora se celebra es la resistencia a todo lo que Colón trajo a su paso.
En 2009 Chávez pareció confirmar la sentencia de aquel juicio simbólico. "Cristóbal Colón fue el jefe de una invasión que produjo no una matanza, sino un genocidio", denunció.
En el Día de la Resistencia Indígena, docenas de líderes tribales suelen asistir a las celebraciones en Caracas y honran la memoria de aquellos que se resistieron a la colonización.
La Hispanidad es un hecho irreversible, con sus leyendas negras y doradas.
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