Es un ser excepcional e indispensable para muchos descubrimientos y ha contribuido al éxito de seis premios Nobel.
María del Carmen Taborcía / El Político
Se trata de un gusano diminuto, mide menos de un milímetro, que vive entre los granos de tierra. Fue el zoólogo francés Émile Maupas, quien lo encontró en Argelia. Lo describió y lo eligió como su especie de referencia en 1900.
Varios científicos siguieron sus pasos. Pero fue con el biólogo sudafricano Sydney Brenner quien buscaba un nuevo modelo animal que pudiera ayudarlo a explorar los misterios del desarrollo y el comportamiento humano, con el que saltó a la fama en 1963.
Decía Brenner: “Se necesitaba un organismo con el que se pudiera estudiar genética adecuadamente. Había que ver dónde terminaba una célula y comenzaba otra. Por eso estos pequeños gusanos nematodos eran los indicados porque cabían en la ventana de un microscopio electrónico”.
Su nombre Caenorhabditis elegans, que es una mezcla del griego –caeno, que significa nuevo, reciente-, y rhabditis –como un bastón-. Y del latín “elegans” que quiere decir elegante. Pero comúnmente se lo conoce como C. elegans.
Transparente
Su gran singularidad reside en que es transparente. Por lo que se pueden ver las células y los procesos biológicos sucediendo con solo mirar por el microscopio.
C. elegans es mucho más simple que los humanos. No tiene huesos, corazón o sistema circulatorio. Pero comparte muchos genes y vías moleculares con nosotros. Sí, este ínfimo gusano y los humanos son muy similares en su biología básica.
Cuando fue secuenciado el genoma del C. elegans, se descubrió que alrededor de dos tercios de los genes implicados en las enfermedades humanas estaban en él. Lo que significó que estudiar esa biología era de vital importancia para la vida de nuestra especie.
El estudio de estas pequeñísimas criaturas está ayudando a conocer las causas de males como el Alzheimer, el cáncer, la osteoporosis, el Parkinson, la diabetes, la obesidad y hasta el proceso de envejecimiento de las personas.
¿Cómo es posible que estos diminutos seres transparentes aporten tanto al mejoramiento de la salud de la humanidad, mientras que los políticos la deterioran?
Estos valiosos y microscópicos gusanos nos muestran todo su mundo interior. Y nuestros políticos… ¡cada vez más su opacidad!
Abogada y Escritora