Diversos estudios y la OMS señalan que los habitantes de zonas con altos niveles de polución son más vulnerables por la mala calidad del aire que respiran
El Político
La alta contaminación hace más letal al coronavirus, según ha revelado un estudio de la Universidad de Harvard, de Estados Unidos de América, a partir de los datos de 3.000 condados norteamericanos.
El informe revela que la mortalidad del virus aumenta en las zonas con una mayor concentración de partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM2,5), provenientes sobre todo de las emisiones del tráfico y de los edificios.
Hasta ahora, la mayoría de los estudios se centraban en la caída de la contaminación por dióxido de nitrógeno y de la emisiones de CO2 en los núcleos urbanos por la implantación de medidas drásticas de “distancia físico” (hasta una cuarta parte en China y un 60% en las grandes ciudades británicas).
La investigación de Harvard está centrada, sin embargo, en el efecto que la contaminación sigue teniendo en los habitantes de las ciudades, más vulnerables al impacto directo del coronavirus por la mala calidad del aire que respiran.
“Hemos descubierto que un aumento de tan solo un microgramo por metro cúbico de PM2,5 puede traducirse en un incremento del 15% en la tasa de mortalidad del coronavirus“, puede leerse en las conclusiones del estudio, que recuerda como las PM2,5 están consideradas como una factor que contribuye al agravamiento de enfermedades respiratorias como la bronquitis o el asma.
“Nuestra investigación es consistente con otros trabajos científicos que apuntan a la correlación que existió entre la exposición a las partículas en suspensión y la mortalidad durante la epidemia de gripe aviar en el 2003”, observa Rachel Nethery, miembro del equipo de la TH Chan School of Public Health de Harvard, que realizó muestras el pasado 4 de abril en una amplia zona que cubre el 95% de la población de 3.000 condados norteamericanos.
Presencia del coronavirus
El noreste de Estados Unidos, entre Nueva York y Boston, es con diferencia la zona no solo con más casos, sino también con mayor mortalidad de la epidemia, que se ha cobrado 40,548 vidas en el país, con 764.303 casos confirmados y 71.003 recuperados.
Las zonas urbanas de Chicago, Detroit, Houston, Miami, Atlanta, Los Ángeles, San Francisco y Seattle muestran también una alta incidencia del virus.
Otro estudio, codirigido por el doctor Edoardo Conticini de la Universidad de Siena, Italia, ha comprobado que la contaminación puede ser la causa de la elevada mortalidad del 12% en dos regiones altamente industrializadas del norte de Italia: Lombardía y Emilia Romagna, en comparación con el 4.5% en el resto el país.
Riesgos reconocidos en todo el mundo
La investigadora Francesca Dominici, codirectora de la Harvard Data Science Initiative, sostiene que los estudios en las áreas urbanas de Estados Unidos e Italia pueden fácilmente extenderse a otros países por una razón obvia:
“Los riesgos de la exposición a largo plazo a las partículas PM2,5 están bien reconocidos en todo el mundo. Sus efectos son muy adversos en los sistemas respiratorios y cardiovasculares, y por tanto pueden exacerbar los síntomas y las infecciones causadas por Covid-19 e incrementar el riesgo de muerte”.
Explica la investigadora que “La contaminación inhibe el funcionamiento normal de los cilios, unas proyecciones similares a cabellos que extraen microbios y residuos de las vías respiratorias y que están consideradas como la primera línea de protección de los pulmones frente a la invasión de patógenos”.
“Con la efectividad de los cilios pulmonares disminuida, la posibilidad desarrollar condiciones respiratorias crónicas es notablemente mayor”, añade.
Opinión de la Organización Mundial de la Salud
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la contaminación como el enemigo número uno de la salud pública en el mundo, responsable de más de siete millones de muertes prematuras en el mundo por enfermedades respiratorias, cardiovasculares y cáncer.
Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades y el 80% está expuesta a niveles superiores de contaminación del aire a los máximos recomendados por la OMS.
(Con información de Ambientum, El Mundo)