Aunque local, el conflicto armado entre Israel y Hamás tiene, sin dudas, repercusiones internacionales.
El Político
La conflagración, muy próxima a sus dos meses de duración, ha impactado, en primer lugar, en las naciones medio orientales.
Varios países, entre ellos Líbano y Siria, experimentaron disturbios al comienzo de la confrontación.
El conflicto también abrazó a la República Islámica de Irán, cuyo Gobierno se decantó a favor de Hamás.
Al hablar de los efectos de la confrontación en Oriente Próximo, no se puede olvidar a Catar.
Junto a Egipto, otro actor medio oriental clave, los cataríes han servido de puente entre Israel y el movimiento de resistencia islámica.
Europa y América
Sobrepasando las fronteras regionales, las hostilidades entre la nación hebrea y Hamás también han repercutido en Europa.
Turquía, cuyo Ejecutivo ha tomado partido a favor de los terroristas, se ha alejado de la línea que sigue el resto de la Unión Europea (UE).
En medio de la confrontación, naciones como Francia han alzado la voz para recordar, una vez más, la solución de dos Estados.
Esa alternativa es, a juicio de los galos, la salida salomónica que pondrá fin al intercambio de balas entre Israel y Hamás.
Por su parte, España y Bélgica reivindicaron el derecho a la legítima defensa del que goza Israel, pero condenaron su ofensiva militar en Gaza.
Tal objeción fue motivo de tensiones diplomáticas entre Madrid, Bruselas y Tel Aviv.
Más allá del océano Atlántico, dentro del continente americano, las hostilidades entre Israel y Hamás han erosionado la cohesión a lo interno del Partido Demócrata.
A menos de un año de la elección presidencial en Estados Unidos, esa tolda, la demócrata, aparece dividida.
En una acera se encuentran quienes desean mantenerse en el centro y, justo al frente, están los que optan por posiciones más extremas.
A los segundos les incomoda, por ejemplo, el apoyo decidido que ha brindado el presidente Joe Biden al Ejecutivo de Benjamín Netanyahu.
Desde el ala progresista del Partido Demócrata se han empleado términos que sugieren, incluso, cierta inclinación hacia Hamás y el yihadismo islámico.
Sobre tal particular abundó Mohamed Baddin El Yattioui, docente del Colegio de Defensa Nacional de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
“Vemos que (Joe) Biden está enfrentando muchas críticas dentro de su país y dentro de su partido… Los demócratas están muy divididos”, expresó el académico.
La fisura que se experimenta en las trincheras demócratas no es muy distinta a la que existe dentro del Partido Republicano.
En plena campaña, de cara a su proceso de primarias, los precandidatos del Grand Old Party (GOP) coliden al momento de hablar sobre el respaldo de Estados Unidos a Israel.
Para algunos líderes conservadores, Washington y Tel Aviv son una mancuerna y, por tanto, resultan inseparables.
Otros, sin embargo, creen que Estados Unidos debería enfocarse más en asuntos internos como la crisis migratoria en la frontera sur.
Actuar de esa forma colocaría el conflicto entre Israel y Hamás e, incluso, a la guerra entre Ucrania y Rusia en un evidente segundo plano.