Kamala Harris acaba de hacer historia al ser votada a la vicepresidencia de los Estados Unidos, junto a Joe Biden.
El Político
Harris se convirtió la primera mujer, la primera mujer negra y la primera de descendencia surasiática en llegar a ese cargo.
Y puede que lo más importante no sea su logro de este sábado, sino el legado que este deja: el camino para las futuras candidatas como ella.
"Si bien puedo ser la primera mujer en este cargo, no seré la última, porque todas las niñas que miran esta noche ven que este es un país de posibilidades", dijo Harris en su primer discurso como vicepresidenta de Estados Unidos.
“Mientras más mujeres haya en puestos así de visibles, más mujeres se postularán”, dijo a Noticias Telemundo Karen O’Connor, académica del Instituto sobre Mujeres y Política de la American University y autora de varios libros sobre las políticas y legisladoras en EE.UU.
Si Harris “tiene una posición destacada” ya que asuma en la Casa Blanca, “se abre camino no solo para ella volver a postularse para la presidencia en el futuro, sino para que otras mujeres lo hagan”, dijo la politóloga O’Connor.
Después de Hillary Clinton
Su victoria como vicepresidenta electa llega cuatro años después de que Hillary Clinton fuera seleccionada como la primera candidata presidencial estadounidense de un partido principal.
También ocurre en un año donde se ha hablado mucho a nivel mundial sobre los beneficios de tener a mujeres políticas en los más altos niveles, como la discusión de que países liderados por mujeres han sobrellevado mejor la pandemia de COVID-19.
Una presencia creciente de funcionarias beneficia a la política estadounidense –ellas suelen promover más leyes además de ser vistas como más confiables y capaces de lograr compromisos–, y también promueve la participación de futuras generaciones de mujeres al normalizar su presencia en la política, coinciden especialistas.
Este año también hubo un número récord de mujeres buscando llegar al Congreso, tanto demócratas como republicanas, según el Center for American Women and Politics, y en enero habrá por lo menos 131 congresistas mujeres, un récord.
Importante éxito
Parece que los votantes en Estados Unidos están dejando atrás ciertos estereotipos que en el pasado han afectado a las candidatas.
En 2001, un 42% del público de Estados Unidos consideraba que un hombre siempre sería mejor que una mujer para el puesto presidencial.
Para mayo de este año, según una encuesta de Gallup, el 94% de los estadounidenses dijeron que votarían para que en la Casa Blanca haya una presidenta.
Solo 13% admitió públicamente en sondeos este año que considera que los varones están más capacitados para el cargo, en contraste con 20% que decían hace 20 años que al país le iría peor si hubiera más mujeres en el Gobierno.
En Estados Unidos se ha ido quebrando el llamado ‘techo de cristal’ político poco a poco. Apenas hace 100 años se reconoció en el país el derecho de las mujeres al voto, conmemorado recientemente con el aniversario de la 19ª Enmienda.
Votar a una candidata a puestos políticos conlleva beneficios para la población en general, de acuerdo con análisis históricos.
Por ejemplo, se impulsan más medidas de salud y economía a favor de las familias. En el Congreso estadounidense las legisladoras, en promedio, logran la aprobación del doble de las leyes que sus colegas hombres y tienen mayor disposición a trabajar de manera bipartidista, según estudios.