La Justicia argentina ha dado un paso importante al ordenar la captura internacional del dictador nicaragüense Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo.
Esta decisión fue emitida por el juez federal Ariel Lijo, quien busca que ambos sean indagados por su supuesta implicación en graves violaciones a los derechos humanos.
La medida se enmarca dentro de una causa presentada en Argentina que se basa en el principio de jurisdicción universal, lo que permite a los tribunales argentinos investigar crímenes de lesa humanidad cometidos en otros países.
Ortega y Murillo enfrentan acusaciones serias, incluyendo asesinatos, torturas y persecuciones políticas, en un contexto donde su régimen ha sido ampliamente criticado por su creciente autoritarismo.
Este desarrollo ocurre en un momento crítico, ya que Ortega ha impulsado reformas constitucionales que eliminan la separación de poderes y consolidan su control sobre las fuerzas armadas y la policía, lo que muchos consideran una formalización de su dictadura.
La decisión de la Justicia argentina podría tener repercusiones significativas no solo para Ortega y Murillo, sino también para otros altos funcionarios de su gobierno acusados de violaciones sistemáticas a los derechos humanos.