Julián Castro lanzó su candidatura a la presidencia en enero de 2019. La noticia en aquel momento no enloqueció a nadie. De hecho, sus índices en las encuestas lo colocaban siempre por debajo del top 5 de candidatos, rondando el territorio de la senadora Kirsten Gillibrand y el alcalde de Nueva York Bill de Blasio.
Por Redacción El Político
Y entonces llegó el primer debate presidencial demócrata. Castro aprovechó los reflectores para colocar en la agenda la descriminalización de la frontera con México.
El candidato exigió a sus compañeros de debate que tomarán un posicionamiento claro en contra de la ley que permite a la administración Trump procesar a los migrantes indocumentados como criminales. Pero sus baterías se enfocaron principalmente en un objetivo: su paisano Beto O’Rourke, un político de Texas que hablan un respetable español, pese a no descender de hispanos como Castro, que recién ahora está aprendiendo el idioma.
"Algunos de nosotros en este escenario hemos hecho un llamado para acabar con esa sección [de la ley], para eliminarla. Algunos, como el congresista O’Rourke, no lo han hecho", disparó Castro. "Creo que es un error, Beto. Creo que es un error", insistió ente los titubeos del supuesto "Kennedy texano" que se negaba a confirmar que anunciaría la ley que habilita criminalizar a los inmigrantes.
Desde que O’Rourke se lanzó el año pasado por la banca del senador republicano Ted Cruz, Julián Castro vivió bajo la sombra del irlandés. Pero los roles cambiaron desde el primer debate.
De acuerdo con una encuesta elaborada por la consultoría Latino Decisions y Univision, Castro tuvo el mayor crecimiento en las preferencias de los latinos después de los dos debates demócratas. Antes del debate, Castro aparecía en la segunda posición, Biden en la primera y Sanders en la segunda. O’Rourke aparecía en cuarto lugar, mientras que Warren ocupaba el quinto y Kamala Harris el sexto. Ahora Kamala escaló hasta la primera posición y Castro a la segunda, seguidos de Biden, Sanders, Warren y O’Rourke.
En el índice de favorabilidad, Castro brincó 35 puntos de antes a después del debate. Aparece con 52% de opinión positiva entre los encuestados contra 17% de opinión negativa. Harris apareció un punto arriba, pero subió un punto menos que Castro. Sanders registró 55% de favorabilidad, 33 puntos de su posición anterior; mientras que Warren escaló al 50%, 31 puntos. Biden subió 23 puntos en este índice, quedando en 49%; y por último O’Rourke quedó con 37% de favorabilidad.
El 32% de los encuestados dijo que Harris había sido el triunfador de los debates, mientras que el 28% señaló a Castro como el ganador de ambas jornadas. Sobre todo, en el tema migratorio Castro se llevó las mejores calificaciones. 31% dijo que su plan para atender la crisis con los migrantes y refugiados era el mejor.
Fuente: lapoliticaonline