El juicio al expresidente de la región de Cataluña Artur Mas, acusado de prevaricación y desobediencia grave por intentar convocar una consulta independentista en noviembre de 2014, quedó visto para sentencia.
Mas se enfrenta a una petición de diez años de inhabilitación para el desempeño de cargo público, por lo que en caso de ser condenado quedaría fuera de la primera línea de la política.
El juicio que culminó hoy tras cinco días de sesiones es por la celebración de una consulta independentista en 2014 que fue suspendida por ilegal por el Tribunal Constitucional (TC) español.
Juicio de expresidente Catalán convertido en acto de apoyo a reivindicaciones
Finalmente el 9 de noviembre hubo una votación de carácter informal con la participación de algo más de dos millones de catalanes (de un censo cercano a los 5,5 millones).
En su alegato final Artur Mas negó hoy haber cometido delito alguno y aseguró que el Constitucional no le obligaba a impedir la votación y por tanto, no desobedeció.
Mas expresó su "más profunda discrepancia" con la acusación de la Fiscalía y sostuvo que si ha sido juzgado "no es por desobedecer" al TC, sino porque el "éxito" de la consulta de independencia "no gustó a determinadas instancias del Estado y del Gobierno español".
Una de las principales líneas de la acusación del fiscal Emilio Sánchez-Ulled se basa en que Mas y otras dos consejeras también procesadas, Joana Ortega e Irene Rigau, "decidieron caprichosamente prescindir del mandato constitucional" que suspendía la votación del 9 de noviembre de 2014.
Ante las críticas de los soberanistas catalanes, que califican este proceso de ataque a la democracia por impedir que el pueblo se exprese, el fiscal afirmó que no se juzga la "voluntad popular", sino una "grave ruptura" de las reglas del juego democrático y de la convivencia.
Durante el juicio Mas sólo contestó a las preguntas de sus abogados y rechazó hacerlo con las del fiscal, a quien hoy replicó que se siente "responsable de haber escuchado a la gente en la calle y en las urnas, de haber obedecido mandatos reiterados del Parlamento (regional). No me escondo, presumo de ello".
El juicio a Artur Mas y a sus dos colaboradoras ha tenido lugar en un momento en que el debate por la pretensión secesionista del Gobierno catalán se recrudece y es uno de los principales asuntos políticos en España.
Ello ante la posibilidad de que se convoque un nuevo referéndum, anunciado para antes del próximo mes de septiembre por el actual presidente de esa rica región de 7,5 millones de personas, Carles Puigdemont, del mismo partido que Mas (Partido Democrático de Cataluña, centroderecha).
España: Enjuician a expresidente catalán por celebrar consulta independentista
Los nacionalistas catalanes han querido convertir este juicio en un acto de apoyo a la independencia y por eso, el lunes pasado, en la primera jornada, miles de personas acudieron junto a Artur Mas hasta las puertas del juzgado, en una muestra de apoyo popular al proceso.
El Gobierno español, por su parte, ha rechazado que el proceso a Mas pueda ser visto como juicio político, como afirmó el titular de Justicia, Rafael Catalá: "no lo es. Simplemente van a declarar (los acusados) con todas las garantías porque han incumplido una norma".
La sentencia, que no tiene una fecha concreta de publicación, podrá ser recurrida por cualquiera de las partes ante el Tribunal Supremo español.
EFE