Los 21 venezolanos que habían sido reportados como desaparecidos desde la madrugada del lunes 14 de diciembre, están detenidos en Trinidad y Tobago, informaron sus familiares a Tanetanae.com, el miércoles por la tarde.
El Político
Un juez del Tribunal Superior de Trinidad y Tobago determinó que nueve venezolanos, cuatro adultos y cinco niños, no serán deportados, al menos por el momento, mientras continúa la conmoción por la muerte de al menos 20 connacionales que trataban de llegar al territorio caribeño.
rinidad y Tobago trata de atender el creciente flujo de venezolanos que acuden a estas islas vecinas en busca de asilo, la mayoría profesionales con hijos, así como el de quienes solo quieren comprar alimentos y productos de primera necesidad para llevarlos a su país.
Según la asociación trinitense Living Water Community (LWC), auspiciada por la ONU, más de un centenar de venezolanos ha acudido a las autoridades de este país en busca de asilo en lo que va de año, ante el deterioro de la situación política y social en Venezuela.
En una entrevista con Efe, la coordinadora de LWC para migrantes y refugiados, Rochelle Nakhid, explicó que la respuesta de las autoridades trinitenses y venezolanas ha sido reforzar la seguridad en la frontera, algo que en su opinión puede empeorar las cosas.
El ministro de Seguridad Nacional de Trinidad, Edmund Dillon, anunció recientemente que ambos países habían llegado a un acuerdo para reforzar la vigilancia en el Golfo de Paria que separa las costas de Trinidad y Venezuela y combatir además el creciente tráfico de personas, drogas, armas y munición.
El anuncio tuvo lugar la semana pasada mientras visitaba el puerto de Cedros, en el extremo suroeste de Trinidad, donde llegan muchos venezolanos desde Tucupita, generalmente tras haber pagado 150 dólares por un viaje de cuatro horas en pequeñas piraguas y muchos de ellos para comprar alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad.
Dillon anunció un plan para mejorar las instalaciones de este puerto, atender mejor ese creciente flujo de venezolanos y facilitar la intermediación de algún intérprete.
Cifras altas
La proximidad de ambos países siempre ha propiciado el movimiento de personas y mercancías, pero las autoridades trinitenses denuncian que en los últimos años se ha registrado un incremento en el tráfico ilegal de personas, así como de armas y drogas.
«Estamos intentando aumentar las interceptaciones en el mar, lo más lejos posible de la costa, con mayores embarcaciones de patrullas costeras», explicó el ministro.
Nakhid explicó a Efe que en Cedros se vive «un creciente flujo mixto de migrantes», que incluye a «aquellos que vienen a comprar comida y provisiones y vuelven a casa, aquellos que vienen a aprender inglés (un número que está en claro retroceso a raíz del empeoramiento de la situación en Venezuela) y aquellos que buscan asilo».
Estos últimos son en su mayoría profesionales con formación académica, según Nakhid, quien apuntó además que cerca de la mitad de los que buscan asilo son niños.
«Ofrecemos asistencia y protección humanitaria en colaboración con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Medios locales informan este miércoles 16 de diciembre que el juez Ricky Rahim accedió a la solicitud presentada en nombre de los venezolanos que, como parte de un grupo más grande de 25, entró de forma irregular en Trinidad y Tobago el 24 de noviembre.
Los 25 fueron puestos en cuarentena en las instalaciones del helipuerto de Chaguaramas, una región de Trinidad y Tobago que tiene límites marítimos al oeste con Venezuela.
La mayoría de los venezolanos recibió órdenes de varios jueces que impedían su deportación durante el período de cuarentena que finalizó el martes.
Los familiares de los niños, que se encuentran en Trinidad como solicitantes de asilo de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) o son titulares de las tarjetas de registro del Gobierno, expresaron temor por la suerte de éstos una vez finalizado el período de cuarentena.
Las solicitudes para los nueve se realizaron porque no estaban cubiertos por órdenes previas de otros jueces, como sí ocurría con el resto del grupo de 25 venezolanos.
Las órdenes de cuarentena para el grupo estipulaban que tenían que permanecer en el helipuerto de Chaguaramas.
Hay dudas sobre si los venezolanos seguirán detenidos y dónde y bajo qué autoridad.
Algunos de sus familiares dijeron que funcionarios de la Autoridad de la Infancia de Trinidad y Tobago visitaron los hogares donde el grupo tenía la intención de permanecer hasta que sus asuntos se resolvieran en los tribunales.
La vista judicial del caso se fijó para el 21 de diciembre.
Por otro lado, el pasado 1 de diciembre, el juez Frank Seepersad desestimó la solicitud presentada en nombre de una niña en la que se solicitaban medidas cautelares para evitar que las autoridades la deportaran hasta que el tribunal determinara su reclamación constitucional.
Actualmente se encuentra también en cuarentena en el helipuerto de Chaguaramas.
La semana pasada, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas de protección a otros seis niños venezolanos que habían entrado en Trinidad y Tobago hace semanas.
Informaciones contradictorias
Darwin Naranjo, familiar de cuatro personas que estaban desaparecidas junto a otros 17 pasajeros más, reveló que los venezolanos están detenidos en Chaguaramas, Trinidad y Tobago. Naranjo cuestionó que los policías les insistían no saber acerca de ellos.
rinidad y Tobago trata de atender el creciente flujo de venezolanos que acuden a estas islas vecinas en busca de asilo, la mayoría profesionales con hijos, así como el de quienes solo quieren comprar alimentos y productos de primera necesidad para llevarlos a su país.
Según la asociación trinitense Living Water Community (LWC), auspiciada por la ONU, más de un centenar de venezolanos ha acudido a las autoridades de este país en busca de asilo en lo que va de año, ante el deterioro de la situación política y social en Venezuela.
En una entrevista con Efe, la coordinadora de LWC para migrantes y refugiados, Rochelle Nakhid, explicó que la respuesta de las autoridades trinitenses y venezolanas ha sido reforzar la seguridad en la frontera, algo que en su opinión puede empeorar las cosas.
El ministro de Seguridad Nacional de Trinidad, Edmund Dillon, anunció recientemente que ambos países habían llegado a un acuerdo para reforzar la vigilancia en el Golfo de Paria que separa las costas de Trinidad y Venezuela y combatir además el creciente tráfico de personas, drogas, armas y munición.
El anuncio tuvo lugar la semana pasada mientras visitaba el puerto de Cedros, en el extremo suroeste de Trinidad, donde llegan muchos venezolanos desde Tucupita, generalmente tras haber pagado 150 dólares por un viaje de cuatro horas en pequeñas piraguas y muchos de ellos para comprar alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad.
Dillon anunció un plan para mejorar las instalaciones de este puerto, atender mejor ese creciente flujo de venezolanos y facilitar la intermediación de algún intérprete.
Cifras altas
La proximidad de ambos países siempre ha propiciado el movimiento de personas y mercancías, pero las autoridades trinitenses denuncian que en los últimos años se ha registrado un incremento en el tráfico ilegal de personas, así como de armas y drogas.
«Estamos intentando aumentar las interceptaciones en el mar, lo más lejos posible de la costa, con mayores embarcaciones de patrullas costeras», explicó el ministro.
Nakhid explicó a Efe que en Cedros se vive «un creciente flujo mixto de migrantes», que incluye a «aquellos que vienen a comprar comida y provisiones y vuelven a casa, aquellos que vienen a aprender inglés (un número que está en claro retroceso a raíz del empeoramiento de la situación en Venezuela) y aquellos que buscan asilo».
Estos últimos son en su mayoría profesionales con formación académica, según Nakhid, quien apuntó además que cerca de la mitad de los que buscan asilo son niños.
«Ofrecemos asistencia y protección humanitaria en colaboración con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Trinidad y Tobago trata de atender el creciente flujo de venezolanos que acuden a estas islas vecinas en busca de asilo, la mayoría profesionales con hijos, así como el de quienes solo quieren comprar alimentos y productos de primera necesidad para llevarlos a su país.
Trinidad y Tobago trata de atender el creciente flujo de venezolanos que acuden a estas islas vecinas en busca de asilo, la mayoría profesionales con hijos, así como el de quienes solo quieren comprar alimentos y productos de primera necesidad para llevarlos a su país.
Según la asociación trinitense Living Water Community (LWC), auspiciada por la ONU, más de un centenar de venezolanos ha acudido a las autoridades de este país en busca de asilo en lo que va de año, ante el deterioro de la situación política y social en Venezuela.
En una entrevista con Efe, la coordinadora de LWC para migrantes y refugiados, Rochelle Nakhid, explicó que la respuesta de las autoridades trinitenses y venezolanas ha sido reforzar la seguridad en la frontera, algo que en su opinión puede empeorar las cosas.
Aumenta la represión
El ministro de Seguridad Nacional de Trinidad, Edmund Dillon, anunció recientemente que ambos países habían llegado a un acuerdo para reforzar la vigilancia en el Golfo de Paria que separa las costas de Trinidad y Venezuela y combatir además el creciente tráfico de personas, drogas, armas y munición.
El anuncio tuvo lugar la semana pasada mientras visitaba el puerto de Cedros, en el extremo suroeste de Trinidad, donde llegan muchos venezolanos desde Tucupita, generalmente tras haber pagado 150 dólares por un viaje de cuatro horas en pequeñas piraguas y muchos de ellos para comprar alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad.
Dillon anunció un plan para mejorar las instalaciones de este puerto, atender mejor ese creciente flujo de venezolanos y facilitar la intermediación de algún intérprete.
Cifras altas
La proximidad de ambos países siempre ha propiciado el movimiento de personas y mercancías, pero las autoridades trinitenses denuncian que en los últimos años se ha registrado un incremento en el tráfico ilegal de personas, así como de armas y drogas.
«Estamos intentando aumentar las interceptaciones en el mar, lo más lejos posible de la costa, con mayores embarcaciones de patrullas costeras», explicó el ministro.
Nakhid explicó a Efe que en Cedros se vive «un creciente flujo mixto de migrantes», que incluye a «aquellos que vienen a comprar comida y provisiones y vuelven a casa, aquellos que vienen a aprender inglés (un número que está en claro retroceso a raíz del empeoramiento de la situación en Venezuela) y aquellos que buscan asilo».
Estos últimos son en su mayoría profesionales con formación académica, según Nakhid, quien apuntó además que cerca de la mitad de los que buscan asilo son niños.
Según la asociación trinitense Living Water Community (LWC), auspiciada por la ONU, más de un centenar de venezolanos ha acudido a las autoridades de este país en busca de asilo en lo que va de año, ante el deterioro de la situación política y social en Venezuela.
En una entrevista con Efe, la coordinadora de LWC para migrantes y refugiados, Rochelle Nakhid, explicó que la respuesta de las autoridades trinitenses y venezolanas ha sido reforzar la seguridad en la frontera, algo que en su opinión puede empeorar las cosas.
El ministro de Seguridad Nacional de Trinidad, Edmund Dillon, anunció recientemente que ambos países habían llegado a un acuerdo para reforzar la vigilancia en el Golfo de Paria que separa las costas de Trinidad y Venezuela y combatir además el creciente tráfico de personas, drogas, armas y munición.
El anuncio tuvo lugar la semana pasada mientras visitaba el puerto de Cedros, en el extremo suroeste de Trinidad, donde llegan muchos venezolanos desde Tucupita, generalmente tras haber pagado 150 dólares por un viaje de cuatro horas en pequeñas piraguas y muchos de ellos para comprar alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad.
Dillon anunció un plan para mejorar las instalaciones de este puerto, atender mejor ese creciente flujo de venezolanos y facilitar la intermediación de algún intérprete.
Cifras altas
La proximidad de ambos países siempre ha propiciado el movimiento de personas y mercancías, pero las autoridades trinitenses denuncian que en los últimos años se ha registrado un incremento en el tráfico ilegal de personas, así como de armas y drogas.
«Estamos intentando aumentar las interceptaciones en el mar, lo más lejos posible de la costa, con mayores embarcaciones de patrullas costeras», explicó el ministro.
Nakhid explicó a Efe que en Cedros se vive «un creciente flujo mixto de migrantes», que incluye a «aquellos que vienen a comprar comida y provisiones y vuelven a casa, aquellos que vienen a aprender inglés (un número que está en claro retroceso a raíz del empeoramiento de la situación en Venezuela) y aquellos que buscan asilo».
Estos últimos son en su mayoría profesionales con formación académica, según Nakhid, quien apuntó además que cerca de la mitad de los que buscan asilo son niños.
http://www.laverdad.com/mundo, https://tanetanae.com/, https://www.radiofeyalegrianoticias.com/
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