Los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekin se realizan bajo una pátina extraña en la que la nieve es artificial, el público está ausente y el apoliticismos es más un dicho que un hecho.
El Político
A pesar de que de Xi Jinping invitó al presidente ruso, Vladimir Putin, para congraciarse con él y darle todo el apoyo para que invadiera Ucrania, aprovechándose del boicot de Estados Unidos y otros países a los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín.
Con todo y que el presidente de Argentina, Alberto Fernández, se unió a la Nueva Ruta de la Seda China y habló pestes del Fondo Monetario Internacional.
Y aún cuando el “mandarín” chino señaló “no aceptaba la politización de los Juegos”, ni la discriminación, estaba diciendo una gran mentira.
La farsa en el encendido de la antorcha
Para muestra el encendido de la antorcha olímpica. Para lo cual se trajo nada menos que la esquiadora Uigur Dinigeer Yilamujiang. ¿Por qué ella?. ¿Quiénes son los Uigures?
Desde 1949 los musulmanes de la etnia Uigur, ubicados en regiones del noroeste en China, han sufrido de prohibiciones para celebrar sus prácticas religiosas.
En 1990, fueron categorizados como terroristas. En 2017, a raíz de la aprobación de la normativa china anti-radicalización, se intensificaron los esfuerzos en contra de sus libertades para vigilarlos, perseguirlos y adoctrinarlos.
El PCC ha encerrado a un aproximado de un millón de Uigures y otras minorías étnicas en 400 campos de concentración en los últimos cinco años.
Los juegos del Genocidio
Por esa razón, el Congreso Mundial de los Uigures ha tildado la cita de Pekín como los “Juegos del Genocidio”, y pidió al COI quitarle la sede de China.
Una coalición de 180 organizaciones defensoras de los derechos humanos difundió una carta abierta en la víspera del inicio de la cuenta regresiva de un año, clamando por un boicot diplomático.
Muy solidarios los chinos, muy contrarios a la politización de los Juegos. Pero nadie que discrimine políticamente más que ellos.