El primer ministro, Boris Johnson, está a punto de sentir el nuevo estatus global del Reino Unido, en una reunión de líderes del G7, a menos de tres meses de que el país abandone la Unión Europea (UE)
El Político
Aunque no se haya llegado a un acuerdo de salida para ese entonces, la quinta economía más grande del mundo ya está lista para separarse de su mayor socio comercial y de mirar hacia el otro lado del Atlántico en busca de un nuevo acuerdo comercial y el apoyo del presidente Donald Trump.
La reunión que iniciará el próximo 24 de agosto, en la localidad francesa de Biarritz; tendrá una duración de tres días. En el encuentro se develará las nuevas realidades para el Reino Unido: el colapso de su influencia en Europa y la creciente dependencia de Estados Unidos.
Una posición nada cómoda para Johnson, que nació en Nueva York y que asumió el cargo de primer ministro británico el mes pasado alardeando de que ejecutaría el Brexit el 31 de octubre, con o sin acuerdo.
“Reino Unido corre el riesgo de quedar atrapado incómodamente entre unos Estados Unidos con los que no está de acuerdo y una Europa en la que luchará por influir”, dijo Thomas Raines, director del Programa Europa del centro de estudios con sede en Londres, Chatham House.
Desde la Segunda Guerra Mundial, el Reino Unido ha intentado moderar el impulso de Europa hacia la integración con una denominada “relación especial” con Estados Unidos. Pero el Brexit le obliga a apartarse de esa estrategia.
Es claro que salida del Reino Unido de la UE no está en la agenda de la reunión, a la que asisten los líderes de Estados Unidos, el propio Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Canadá, Japón y la UE, pero se espera que se hable de ello en los debates que se celebren.
Tras la insistencia de Johnson para renegociar un acuerdo de salida previamente acortado que el parlamento británico ha rechazado tres veces y que Bruselas dice que no va a reabrir, es más probable un Brexit sin acuerdo.
Aunque las dos partes no quieren que esto suceda, han afirmado que estarán preparadas para ese resultado.
La UE sigue asegurando que Reino Unido será el más afectado y que los documentos de planificación del gobierno británico sobre el “peor de los casos” muestran una posible escasez de alimentos, combustible y medicamentos.
Reino Unido y EU a un paso de frías relaciones
Apartando los conflictos a corto plazo, Guntram Wolff, director del centro de estudios Bruegel, con sede en Bruselas, dijo que las implicaciones a largo plazo podrían ser aún más perjudiciales, aislando al Reino Unido de su vecino más cercano.
“El verdadero peligro de un Brexit sin acuerdo… son las implicaciones políticas, y durante mucho tiempo habrá una edad de hielo entre la UE y el Reino Unido”, dijo Wolff.
Johnson y otros defensores del Brexit sostienen que Estados Unidos será un aliado crucial para un Reino Unido libre de la política comercial de la UE. Pero es probable que el apoyo de Trump tenga un precio que pagar.
Reino Unido ha sido durante mucho tiempo el aliado militar más cercano de Estados Unidos, pero su condición de actor influyente en la UE también le ha dado poder para apartarse de Washington cuando no está de acuerdo, algo que ha hecho con frecuencia desde que Trump llegó al poder.
“En el momento en que abandona la UE, se encuentra mucho más cerca de la posición europea en la mayoría de los grandes temas que de la administración Trump: cambio climático, comercio internacional, acuerdo (nuclear) con Irán”, dijo Raines.
Eso deja a Johnson atrapado entre el pensamiento europeo y el estadounidense. Tendrá que evitar enfadar a un Trump volátil y poner en riesgo los lazos comerciales, pero también tener cuidado de distanciarse de otros líderes que tienen un enfoque más multilateral de la política mundial.
Fuente Reuters