Dice que la gente no quiere más retrasos con el Brexit, y amenaza directamente con elecciones anticipadas que le permitan recuperar el control parlamentario para sacar adelante su acuerdo
El primer ministro británico Boris Johnson amenaza directamente con elecciones anticipadas si su ley del Acuerdo para la Retirada de la Unión Europea (UE) es rechazada por Westminster o parlamento ingles.
El Político
—No puedo consentir que esto se demore varios meses más— ha dicho Johnson durante el debate en la Cámara de los Comunes, si el Parlamento impide que el Brexit suceda, retiraré la ley y tenemos que ir a elecciones generales.
Johnson ha lanzado su ofensiva final en el Parlamento para aprobar su acuerdo con Bruselas en tres días. "La gente no quiere más retrasos", ha anticipado el propio Johnson en Twitter. "Vamos a culminar el Brexit el 31 de octubre y vamos a mover este país hacia delante".
Confrontación directa
Como se sabe, el presidente de la Cámara de los Comunes John Bercow ha entrado en confrontación directa con el premier Boris Johnson al rechazar el voto del acuerdo del Brexit previsto inicialmente para este lunes por la tarde. Bercow ha alegado que la moción presentada por el gobierno fue la misma presentada el sábado y retirada a última hora por Johnson tras sufrir su octava derrota parlamentaria.
—Cuando haces un juicio sobre asuntos controvertidos siempre hay gente a quienes les va a gustar y gente a la que no le va gustar— precisó Bercow en el momento de justificar su decisión remitiéndose a la tradición parlamentaria de "evitar la repetición de una misma propuesta" que se remonta a 1604.
El conservador Bernard Jenkin arremetió contra el ‘speaker’ alegando que sus decisiones "tienden a complacer más a un bando que a otro".
Sigue el debate
A primera hora de la tarde de hoy martes, Johnson ha abierto el debate de la Ley del Acuerdo de Retirada de la UE, con la esperanza de lograr un primer voto favorable que sería en todo caso indicativo, porque el voto vinculante en la Cámara de los Comunes se produciría el jueves, pendiente aún de una ratificación final tras el paso de la ley por la Cámara de los Lores.
Johnson ha lamentado la ocasión perdida el pasado sábado, cuando el ex conservador Oliver Letwin presentó una enmienda (aprobada por 322 votos a 306) que le forzó a pedir a Bruselas una extensión del Brexit y a aplazar la votación de su propio acuerdo por temor a una derrota parlamentaria.
"Hoy tenemos la oportunidad de enmendar lo ocurrido y culminar el Brexit" declaró el primer ministro ante la doble prueba de fuego de este martes, en la que se votará también el calendario con los tiempos para aprobar la legislación antes del 31 de octubre.
Johnson podría lograr una simbólica victoria en el voto indicativo o ‘segunda lectura’ de su ley, con la ayuda de la veintena de diputados expulsados del Partido Conservador y con el apoyo de un importante número de laboristas pro-Brexit dispuestos a desafiar a su líder, Jeremy Corbyn.
Pero la votación decisiva será la que se produzca después, cuando el Parlamento determine el calendario propuesto por el gobierno para forzar la máquina y llegar a tiempo al 31 de octubre.
Decenas de diputados han criticado a Johnson por pretender aprobar su ley en un tiempo "relámpago" (tres días, en contraste con los 11 para la votación del Tratado Lisboa o los 23 para el Tratado de Maastricht) y sin tener siquiera información sobre el impacto económico de la salida.
Los diputados expulsados del Partido Conservador, encabezados por el ex secretario del Tesoro Philip Hammond y el ex secretario de Cooperación Internacional Rory Stewart, han expresado su preocupación ante la posibilidad de que el gobierno pudiera finalmente optar por una salida sin acuerdo tras el período de transición que culmina en diciembre del 2020.
Boris Johnson ha mantenido negociaciones a dos bandas hasta el último momento con el objetivo de lograr hoy una doble victoria que le dé suficientes garantías para sacar adelante la ley y superar incluso el bombardeo previsto de enmiendas.
Sin embargo, fuentes de Downing Street han informado de manera extraoficial que el Gobierno podría retirar la tramitación de la ley si pierde la votación del calendario.
En ese caso, y si el Parlamento Europeo aprueba simultáneamente la extensión del Brexit, Johnson podría arrojar finalmente el guante y retar a la oposición a la convocatoria de elecciones anticipadas antes de tres meses para romper el ‘impasse’ político.
Votación decisiva
En los próximos días, Boris Johnson se juega cumplir su promesa de abandonar la Unión Europea "sí o sí" el próximo 31 de octubre. Con el acuerdo sobre la mesa, y con el parlamento británico diciéndole claramente que prefiere tener más tiempo para barajar todas las opciones, entre las que se incluyen un segundo referéndum y unas nuevas elecciones generales, el primer ministro podría verse obligado a solicitar una prórroga aunque él mismo ha dicho que prefiere verse "muerto en una zanja" antes que tener que pedirla.
Desde la Unión Europea, donde los 27 no darán su visto bueno al acuerdo hasta que no sea ratificado por el Parlamento británico, apuntan a que "la salida sin acuerdo nunca será una opción", calmando los ánimos y dejando entrever que estarían abiertos a una prórroga de tres meses que podría extenderse hasta el 31 de enero de 2020.
Esta tarde se producirán dos votaciones importantes en la Cámara de los Comunes. La primera, que podría pasar sin mayores complicaciones por la abstención de los laboristas, será la segunda lectura de la legislación para la salida, un voto indicativo pero no vinculante, dejando el voto definitivo para el jueves, que es cuando el texto podría ser enviado a la Cámara de los Lores para su aprobación.
La segunda es más compleja ya que fijará los tiempos en que se desarrolle la legislación, y es aquí donde se la juega el Ejecutivo de Johnson que quiere forzar que todo se lleve a cabo antes del 31 de octubre. Basta con que algunos escépticos que sí que apoyan el acuerdo pero que no creen en que deba aprobarse a toda prisa voten en contra para que los planes del primer ministro se vengan abajo.
Pulso parlamentario
También comienza el proceso de revisión del acuerdo alcanzado entre los equipos negociadores de Johnson y Bruselas. A pesar de que ambas partes aseguran que éste está cerrado, el Parlamento británico discutirá aquellos aspectos que quieren cambiar del mismo, lo que permitirá medir el pulso de la cámara respecto a lo que quiere en el futuro.
En este momento se tratarán cuestiones como la posibilidad de un segundo referéndum, la ampliación del periodo de transición, idea que horroriza a los ‘espartanos’ brexiteros de Johnson, o la posibilidad de firmar un acuerdo de larga duración con la UE para la pertenencia al mercado único.
Suponiendo que la legislación para la salida de la UE sobreviva hasta este punto, el Parlamento tendrá la posibilidad de debatir nuevamente sobre el asunto durante ocho horas antes del voto definitivo y del envío a la Cámara de los Lores.
Escrutinio de los lores
Una vez que el texto llegue a la Cámara Alta se acabaron los plazos. Normalmente tardan un par de días en introducir sus propias modificaciones, que se espera que no sean muchas, aunque todo puede variar. Una vez que lo hagan la legislación volvería a ser votada en los Comunes y devuelta a los Lores hasta que lleguen a un acuerdo en un procedimiento conocido como ‘ping pong’.
Si todo marcha a su máxima velocidad y sale a pedir de boca para el primer ministro, Boris Johnson podría pedir el mismo martes día 29 su permiso a la reina para enviar la aprobación del acuerdo a Bruselas, que debería ratificarlo lo más rápido posible con sus 27 Estados miembro antes de la salida prevista para el día 31.
Si no es así, y finalmente se llega a un escenario de prórroga, el líder conservador podría optar por convocar unas nuevas elecciones generales que le permitan recuperar el control parlamentario para sacar adelante su acuerdo. Esto, sin embargo, también abriría la puerta a que los partidarios de permanecer en la UE planteasen la posibilidad de celebrar un nuevo referéndum que sirva para escoger entre la permanencia o la salida en los términos ya negociados.
Con información de El Mundo, BBC