El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, se desmarcó este miércoles del presidente, Donald Trump, al rechazar el despliegue del Ejército sin el visto bueno de los Estados para contener la espiral violenta desatada por la ola de protestas contra el racismo.
El Político
“No apoyo la invocación de la Ley de Insurrección”, dijo en declaraciones a la prensa, “estas medidas solo deberían utilizarse como último recurso y en las situaciones más urgentes y extremas. No estamos en una de esas situaciones ahora”.
Trump advirtió el lunes que recurriría al Ejército para frenar el vandalismo si los gobernadores de los Estados, competentes en esta materia, no lo logran con sus propias fuerzas policiales y con el despliegue de la Guardia Nacional, un ejército de reservistas que dependen de ellos.
“Siempre he pensado que la Guardia Nacional es más adecuada para lidiar con cuestiones domésticas”, añadió Esper.
Para que un presidente pueda desplegar tropas, debería invocar dicha Ley de Insurrección, firmada por Thomas Jefferson en 1807 con el fin de evitar revueltas contra el Gobierno de la nación.
Una provisión aprobada en 1957 daría a Trump una vía legal para poder movilizar tropas si los gobernadores no le obedecen, según citaba este martes The Washington Post: “Cuando un presidente considere que se producen obstrucciones ilegales […] o rebelión contra la autoridad de los Estados Unidos y se hace impracticable el cumplimiento de la ley, puede llamar al servicio federal de la milicia de cada Estado o de las fuerzas armadas si lo considera necesario para hacer cumplir esas leyes o para suprimir la rebelión”.
Las declaraciones de Esper se producen tras una nueva noche de movilizaciones en Estados Unidos, más multitudinarias en grandes ciudades como Washington o Los Ángeles, pero más pacíficas.
En la capital estadounidense, el único territorio del país en el que el presidente puede recurrir al Ejército, el presidente ha ordenado el despliegue de un batallón de la Policía Militar, según el Departamento de Defensa. Se trata de una unidad de entre 200 y 500 soldados procedentes de Fort Bragg, en Carolina del Norte.
Fuente: WSVN