El jefe de la fuerza mercenaria Wagner advirtió que la posición de Rusia alrededor de la ciudad de Bajmut, en el este de Ucrania, estaba en peligro a menos que sus tropas obtuvieran municiones, la última señal de tensión entre el Kremlin y el jefe de la milicia privada.
El Político
Oficiales y analistas militares ucranianos también informaron que los líderes de la 155.ª Brigada de Rusia que luchaban cerca de la ciudad de Vuhledar, al sur de Bajmut, se resistían a las órdenes de ataque después de sufrir graves pérdidas en los intentos de capturarla.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia dijo el domingo (5 de marzo) que las fuerzas rusas habían atacado un centro de comando del Regimiento Azov de Ucrania en la región sureste de Zaporizhzhia. El ministerio no dio más detalles sobre el ataque.
El jefe de Wagner, Yevgeny Prigozhin, dijo que las líneas del frente de Rusia cerca de Bakhmut podrían colapsar si sus fuerzas no reciben las municiones prometidas por Moscú en febrero.
“Por ahora, estamos tratando de averiguar la razón: es solo burocracia ordinaria o una traición”, dijo Prigozhin, refiriéndose a la ausencia de municiones, en su canal Telegram del servicio de prensa el domingo.
Posición del Kremlin
El Kremlin afronta problemas de munición desde hace semanas, según informes de la inteligencia occidental.
En los últimos tiempos, las tropas de Moscú han cambiado de estrategia para paliar esa carencia y están lanzando sobre la línea del frente de batalla ataques con brigadas de infantería y grupos de asalto, para buscar puntos débiles y forzar a Kiev a usar una munición que también escasea.
Los reclamos de Prighozin coinciden, además, con las conversaciones en la Unión Europea sobre cómo agilizar los envíos de munición para Ucrania, sobre todo obuses de 155 milímetros. Bruselas planea dedicar 1.000 millones de euros a financiar munición para Kiev.
La situación en Bajmut es difícil. La ciudad de la provincia de Donetsk, que antes de la invasión a gran escala tenía censados unos 70.000 habitantes, ha sufrido el asedio más largo de la guerra de Rusia en Ucrania: siete meses de ataques constantes para cercarla en los que, sin embargo, Moscú ha obtenido pocas ganancias.
Los combates en la ciudad son encarnizados: una lucha de artillería feroz durante el día y un combate casi cuerpo a cuerpo por las noches, cuando los mercenarios de Wagner (entre ellos cientos de exreclusos, muchos de ellos enfermos empleados como carne de cañón) llegan en asaltos a oleadas. Bajmut tiene escaso valor estratégico y militar, pero para el presidente ruso, Vladímir Putin, es una codiciada pieza política tras meses de fiascos.
Fuente: El Pais