Japón y China escenificaron hoy una mejora de sus relaciones pese a seguir enrocados en su disputa territorial por las islas Senkaku y aceleraron los preparativos para un nuevo encuentro entre sus respectivos líderes, Shinzo Abe y Xi Jinping.
Tokio y Pekín se comprometieron a promover el diálogo bilateral durante el primer encuentro cara a cara entre el ministro japonés de Exteriores, Fumio Kishida, y su homólogo chino, Wang Yi, celebrado hoy en la capital nipona después de una reunión a tres bandas en la que también participó el canciller de Corea del Sur.
La cita fue convocada con el objetivo de estrechar la cooperación trilateral más allá de las rencillas históricas y territoriales entre los países vecinos y antes de dar comienzo se vio alterada por una nueva exhibición armamentística de Pyongyang.
El de hoy es el segundo encuentro anual consecutivo de este tipo después de que esta ronda de reuniones se suspendiera entre 2012 y 2015 debido precisamente al recrudecimiento del conflicto de las Senkaku (Diaoyu en chino), administradas por Tokio pero reclamadas por China.
Durante la reunión bilateral, Kishida expresó de forma "clara y directa" su descontento por las frecuentes aproximaciones de navíos chinos a aguas niponas cercanas a estos islotes deshabitados situados en el Mar de China Oriental y le instó a poner fin a esta situación, según dijo a los medios.
Wang, por su parte, recalcó el argumento de que las Senkaku pertenecen a China y por tanto está justificada la navegación de sus embarcaciones en la zona, aunque también se mostró dispuesto a "mejorar la comunicación para evitar incidentes", según explicó el ministro nipón tras el encuentro.
En este sentido, ambos respaldaron la pronta puesta en marcha de un nuevo sistema de comunicación entre altos cargos de las fuerzas navales de los dos países destinado a reducir la posibilidad de que se produzcan enfrentamientos armados entre sus respectivas flotas.
La aproximación lograda hoy ha acelerado los preparativos para una nueva reunión entre el primer ministro nipón, Shinzo Abe, y el presidente chino, Xi Jinping, que se prevé que tenga lugar en el marco de la cumbre del G20 que se celebrará en Hangzhou (China) entre el 4 y el 5 de septiembre.
El principal asesor en materia de Exteriores de Abe y consejero de Seguridad Nacional japonés, Shotaro Yachi, viajó hoy mismo a China para participar en el tercer diálogo político bilateral de alto nivel y con el objetivo último de allanar el terreno para la cumbre bilateral, según los medios nipones.
En la agenda de la reunión de hoy irrumpió asimismo Corea del Norte al realizar esta mañana su primer lanzamiento de misil balístico ejecutado con total éxito desde un submarino, que se precipitó en el Mar de Japón (Mar del Este) a medio millar de kilómetros de territorio nipón.
Tras el ensayo, los tres cancilleres instaron a respetar el cumplimiento de las sanciones de la ONU previamente impuestas sobre Pyongyang por su cuarta prueba nuclear y su lanzamiento espacial con tecnología de misiles.
El canciller nipón afirmó que el nuevo test armamentístico "no puede ser tolerado", mientras que Wang aseguró que Pekín -principal aliado de Pyongyang- "se opone a los desarrollos nucleares en Corea del Norte y a cualquier acción que eleve la tensión en la península de Corea".
En la misma línea, el ministro japonés de Exteriores y su homólogo surcoreano, Yun Byung-se, reafirmaron su intención de "seguir trabajando de forma estrecha" y junto a Estados Unidos para hacer frente a los desafíos del régimen comunista liderado por Kim Jong-un.
Los ministros de Exteriores japonés y surcoreano también aprovecharon la ocasión para limar las asperezas que ambos países aún mantienen sobre el papel del Ejército imperial nipón durante su ocupación de la península coreana antes y durante la II Guerra Mundial y acordaron que el diálogo bilateral esté "orientado al futuro", según Kishida.
Con información de Terra