El gobierno nipón incrementará el volumen de su nuevo paquete de estímulo hasta los 20 billones de yenes (unos US$ 186.250 millones), el doble de lo inicialmente previsto, adelantaron hoy fuentes del Ejecutivo a la agencia local Kyodo.
La iniciativa está destinada a dar un nuevo impulso a la tercera economía mundial, que se ve amenazada por la apreciación del yen y la inquietud sobre el Brexit, y su aprobación está prevista en el Parlamento nipón a comienzos del agosto, según las citadas fuentes.
La semana pasada, el primer ministro Shinzo Abe ordenó a su gabinete preparar la nueva batería de medidas económicas, aunque la cuantía inicialmente prevista era de unos 10 billones de yenes (unos US$ 98.450 millones) que estarían disponibles sobre todo para el año fiscal en curso.
El ejecutivo que dirige el líder conservador ha decidido ahora duplicar su volumen para que el paquete incluya también financiación para proyectos de inversión que se lleven a cabo en el ejercicio 2017 y en años posteriores.
El conjunto de medidas podría contar con una dotación incluso mayor, y serán financiadas con un presupuesto complementario cuya aprobación se espera para septiembre.
Para costear este presupuesto extraordinario, el gabinete estudiará realizar la primera emisión extraordinaria de deuda en cuatro años, según las antes citadas fuentes gubernamentales.
El paquete se destinará principalmente a préstamos con bajas tasas de interés para el sector privado y dirigidos a fomentar las inversiones en infraestructuras, con la vista puesta en mejorar los servicios para el sector turístico y en favorecer las exportaciones agrícolas.
También se contemplan iniciativas para hacer frente al envejecimiento de la población y a la baja natalidad de Japón, y más en particular, para incrementar el número de guarderías y mejorar las condiciones de los profesionales que trabajan en el cuidado de niños y de mayores dependientes.
Abe puso en marcha la elaboración del nuevo paquete tras la victoria de su partido en los comicios a la Cámara Alta nipona del pasado día 10, que se interpretaron como un espaldarazo para el llamado "Abenomics".
Este programa de reforma económica abanderado por Abe, que apuesta por el estímulo monetario a gran escala y un elevado gasto público, aún no ha dado los resultados esperados para Japón debido a factores externos como la desaceleración china, la caída de los precios del petróleo o el encarecimiento del yen, muy perjudicial para la exportación japonesa.
A esta coyuntura se ha sumado la volatilidad de los mercados financieros a raíz del Brexit, así como los temores sobre sus efectos en la economía global y en la nipona, muy expuesta a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) debido a la elevada presencia de empresas japonesas en territorio británico.
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Con Información de: Diario Financiero