El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, se comprometió hoy a investigar los negocios del banco de fomento estatal, al que ha acusado de “financiar” ilegalmente a Venezuela y Cuba, a cuyos gobiernos califica de “dictaduras”.
El líder de la ultraderecha, capitán de la reserva del Ejército y ganador de las elecciones de octubre pasado, hizo el anuncio en sus redes sociales, en las que dijo estar convencido de que “todos” los brasileños desean esclarecer los negocios del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).
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“Firmo el compromiso de iniciar mi mandato determinado a abrir la ‘caja negra’ del BNDES y revelar al pueblo brasileño lo que ha sido hecho con su dinero en los últimos años”, afirmó Bolsonaro, quien asumirá el poder el próximo 1 de enero.
Durante las gestiones del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, hoy en la cárcel por corrupción, y de su sucesora y pupila Dilma Rousseff, destituida en 2016 por irregularidades fiscales, el BNDES financió decenas de operaciones de empresas brasileñas en diversos países, en su mayoría latinoamericanos.
En muchos de esos casos, existen investigaciones abiertas en la Justicia sobre supuestas irregularidades, muchas de ellas destapadas por la operación conocida como Lava Jato, que a través de una red de corrupción en la estatal Petrobras descubrió diversas tramas en una decena de países de América Latina y África.
En su campaña electoral, Bolsonaro puso énfasis en la necesidad de investigar los negocios del BNDES, con especial énfasis en Cuba y Venezuela, a cuyos gobiernos califica de “dictaduras” y que recibieron financiación directa o indirecta de esa entidad brasileña.
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En el caso de Venezuela, el BNDES financió las operaciones de expansión del Metro de Caracas y obras de irrigación en el estado Zulia, por un valor de unos 200 millones de dólares y mantiene una elevada deuda, no precisada por las autoridades.
En relación a Cuba, las operaciones de crédito fueron en su mayor parte para la construcción del puerto de Mariel y la deuda ascendía a mediados de este año a unos 600 millones de dólares.
Sin embargo, para ese momento los atrasos en los pagos sumaban apenas 17,5 millones de dólares y, según el presidente del BNDES, Dyogo Oliveira, las autoridades de La Habana estaban “abiertas” a la búsqueda de alternativas para poner al día sus obligaciones.
Fuente: EFE