La legisladora demócrata Rashida Tlaib, a quien el gobierno israelí prohibió la entrada al país después de que el presidente Donald Trump se lo sugiriera, y luego se lo autorizara, dijo hoy que ha sido "tratada como una criminal" y que no visitará Israel.
EFE
Mantener el viaje en las condiciones "opresivas" que se le han impuesto, iría en contra de las cosas en las que cree: "Luchar contra el racismo, la opresión y la injusticia", dijo hoy la legisladora en su cuenta de Twitter.
Tlaib, hija de inmigrantes palestinos y musulmana, había planificado un viaje a Israel para el próximo fin de semana junto con la también legisladora demócrata Ilhan Omar, una inmigrante somalí que también es musulmana y que al igual que ella ha sido muy crítica con la política de Israel.
Inicialmente, el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu había autorizado el ingreso de ambas legisladoras, que incluía una visita de Tlaib a su abuela, de 90 años de edad, que vive en Cisjordania.
Pero Israel cambió de opinión después que el presidente Trump afirmase en un mensaje de Twitter que el permiso para la visita de las dos legisladoras, que son musulmanas, sería considerada una "muestra de debilidad" de parte del gobierno de Netanyahu.
"Israel mostraría una gran debilidad si permitiera la visita de las representantes Omar y Tlaib. Odian a Israel y a todo el pueblo judío, y no hay nada que pueda decirse o hacerse para que cambien de opinión", señaló Trump en esa red social.
Pocas horas después, Israel anunció que no autorizaba el viaje de Tlaib y Omar.
"La decisión se tomó después de que el ministro Deri se diese cuenta de que se trataba de una actividad de boicot contra Israel y que debía impedir que entrasen, de acuerdo a la Ley Israelí de Entrada", explicó el Ministerio de Interior, que agregó que consideran que las congresistas demócratas usan su visibilidad para "apoyar las organizaciones de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) que llaman a boicotear a Israel".
Y más tarde, Israel anunció que permitiría la visita de Tlaib por razones humanitarias.
"Cuando gané (la elección al Congreso) eso dio al pueblo palestino la esperanza de que alguien, finalmente, dijera la verdad acerca de las condiciones inhumanas" en las que viven, indicó hoy Tlaib en su cuenta Twitter.
"No puedo permitir que el Estado de Israel se tome esto a la ligera humillándome y usando mi amor por mi sity (abuela) para doblegarme a sus políticas opresivas y racistas", añadió. "El silenciarme y tratarme como una criminal no es lo que ella quiere para mí".
"Hacerlo mataría una parte de mí", continuó Tlaib. "He decidido que visitar a mi abuela bajo estas condiciones opresivas iría en contra de todo aquello en lo que creo: la lucha contra el racismo, la opresión y la injusticia", concluyó.