El populismo dirigido a los jóvenes catapulta al radical Sinn Fein en Irlanda. En plena etapa post Brexit, la isla se aboca a una crisis para formar gobierno tras surgir una nueva fuerza radical cercana al IRA sobre los dos partidos que se alternaban en el poder.
El Político
Se podría hablar de un trimple empato por la escasa diferencia de votos. El recuento de votos en la República de Irlanda empezó ayer a las 9 de la mañana tras las elecciones generales que se celebraron el sábado y está previsto que pasen varios días hasta que se dé a conocer el resultado final.
Sin embargo, los primeros datos muestran que las encuestas tenían razón al poner al Sinn Fein –que fuera el brazo político del IRA (Ejército Republicano Irlandés)– al nivel de los dos partidos mayoritarios que durante un siglo se han repartido el poder: el centrista Fianna Fáil, cuyo líder es Micheál Martin, y el democristiano Fine Gael, del actual primer ministro Leo Varadkar.
El Brexit sin duda ha pesado en la decisión de los electores, pero las políticas domésticas también, y en ambas la líder del Sinn Fein, Mary Lou McDonald, ha jugado un papel fundamental.
La sucesora del poderoso Gerry Adams, antiguo portavoz del IRA, ha demostrado ser incluso más fuerte que su predecesor. Su único error, visto el resultado de la votación, fue no presentar más candidatos, aunque es posible que al menos 35 de los 42 que postularon en 39 circunscripciones acaben ocupando sus escaños.
La encuesta a pie de urna que se hizo pública tras el cierre de las mesas de votación, realizada por Ipsos MRBI por encargo de RTE y The Irish Times, dio un empate de un 22% de apoyo del electorado para cada formación. Anoche, el escrutinio del voto irlandés indicaba que Sinn Fein obtendría el 23,94%, Fianna Fail el 21,27% y Fine Gael el 21,08%.
La participación de los irlandeses en su cita este sábado con las urnas fue del 62 por ciento, pese a los vientos de más de cien kilómetros por hora y la implacable lluvia causados por la tormenta Ciara. Y las cifras de los resultados preliminares apuntan que la formación de izquierdas podría conseguir hasta diez escaños más en el nuevo Parlamento irlandés, alcanzando una cifra histórica de treinta.
No obstante, el sistema electoral irlandés de voto transferible con representación proporcional, uno de los más complejos del mundo, hace que sea necesario esperar hasta que el recuento de votos esté terminado para saber con exactitud cuántos escaños le corresponden finalmente a cada partido.
Precisamente esta complejidad, que algunos califican como más justa al ser proporcional, añade la dificultad de que los partidos alcancen la mayoría absoluta, lo que provoca la necesidad de acuerdos. En su cuenta de Twitter, el líder del Fianna Fáil, Micheál Martin, abrió la puerta a una posible coalición. «Esperaremos a que las cosas se calmen y lo evaluaremos cuando el recuento esté completo», tuiteó, y añadió que «en cualquier coalición» debe haber «compatibilidad, coherencia y capacidad de entrega».
Tanto él como el Fine Gael han dicho en varias ocasiones que no gobernarán con los izquierdistas, pero está por verse si al final necesitarán de ellos o no, especialmente ahora que es un hecho que una gran parte de la población, sobre todo la gente más joven, le ha dado al Sinn Fein el beneficio de la duda y han corrido un tupido velo sobre su pasado violento.
«Hay que apelar a la reconciliación», dijo a ABC una estudiante de 23 años que no quiere dar su nombre y que el sábado votó por primera vez. «Lo que pasó, pasó, no se puede mirar todo el tiempo atrás», asegura mientras defiende que las políticas del gobierno actual «no han servido para nad». Ella es parte del 31% de los menores de 25 años que votaron al Sinn Fein.
Y es que tras el rescate que la ayudó a salir de la grave crisis económica de hace una década, la república de Irlanda vio como su economía se fortalecía. Sin embargo, eso no se ha traducido en mejores condiciones para sus habitantes ni para las instituciones más importantes del país, como el deficiente servicio de salud.
«Mire cómo están las calles, llenas de personas sin techo… Aquí no hay forma de vivir dignamente porque no se puede alquilar ni comprar una casa y es imposible que un médico te atienda si te enfermas».
El que habla es Brian, un chófer de autobús de 55 años, casado y con tres hijas, que ha pasado toda su vida en Dublín.
Habrá que ver si el meteórico crecimiento de su partido se traduce en su entrada dentro del gobierno o si se quedará en un papel, también protagonista, como principal fuerza de la oposición.
En declaraciones ayer en televisión, McDonald, con semblante relajado, dijo que se ha producido una «revolución en las urnas» y que ni el FF ni el FG pueden ser excluyentes hacia el SF, ya que deben «respetar el mandato de las urnas». Sin embargo, ha mencionado también la posibilidad de conversar con los demás partidos minoritarios con la intención de formar gobierno.
Por su parte, Micheál Martin afirmó que «ahora estamos enfrentándonos a un panorama diferente y fragmentado que hará que la formación de gobierno sea muy difícil», y cuando se le preguntó por su supuesta férrea oposición al SF, se limitó a apuntar que «las opiniones no cambian de la noche a la mañana».
Por lo pronto, lo único que está claro es que gracias a esta votación, calificada primero como impredecible y ahora como «histórica», las negociaciones serán duras.
Fuente: ABC