Según revelaciones de la prensa suiza, Venezuela estaría extrayendo y comercializando ilegalmente oro y Suiza podría ser uno de sus clientes. ¿Cuánto hay de cierto, cuánto saben las autoridades de ese país de centroeuropa? ¿Están actuando las autoridades penales, aduaneras y financieras suizas, o no?
El Político
En los monotemáticos tiempos del coronavirus, aún suceden cosas distintas en la economía suiza. En febrero, la radio pública suiza RTS abrió una caja de Pandora al revelar que Venezuela supuestamente tiene activo un mercado de venta ilegal de oro que permite al gobierno de Nicolás Maduro financiar las arcas estatales en tiempos en los que las sanciones económicas se recrudecen contra el país sudamericano y los precios del petróleo han llegado a mínimos históricos.
Guaidó pide ayuda a Suiza
En enero pasado, Juan Guaidó, líder de la oposición venezolana y presidente de la Asamblea Nacional, pidió ayuda a la comunidad de líderes internacionales reunidos en Davos para frenar la minería ilegal de oro en la Amazonía.
Durante su participación en el Foro Económico Mundial en Davos afirmó que quienes compran oro venezolano están financiando “un conglomerado internacional criminal” y a grupos armados como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Colombia.
Añadió que la “primera cosa por hacer es detener el tráfico ilegal de oro para proteger a la población indígena. Es oro de sangre. Y para lograrlo se necesitan sanciones y el apoyo de la comunidad internacional”, refirió.
La investigación de RTS afirmaba que Suiza podría ser uno de los compradores de este metal precioso sudamericano y que sus bancos no están exentos de recibir fondos poco transparentes relacionados con el oro de Venezuela.
Ministerio Público: se requiere “una sospecha razonable”
Rachel Strebel, portavoz del Ministerio Público de la Confederación (MPC) confirmó por escrito a esta periodista que hasta ahora “no se ha abierto ningún proceso de investigación criminal” relacionado con transacciones de oro venezolano. Pese a ello, Suiza es observada con atención desde el extranjero por su forma de llevar los negocios con Venezuela.
En 2019, la Agencia Nacional del Crimen (NCA) del Reino Unido incautó en Heathrow un cargamento de oro con un valor de 5 millones de francos como parte de una investigación internacional sobre un presunto cartel de drogas venezolano. La NCA informó entonces que el metal precioso se transportaba desde las Islas Caimán hacia Suiza.
El mismo año, según la oposición venezolana, un avión oficial del gobierno de Venezuela aterrizó en Zúrich con oro ilegal que no fue revisado al tratarse de un avión oficial que goza de estatus diplomático antes de proseguir su ruta hacia Abu Dhabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos.
Según el MPC no hay procesos de investigación en curso por razones de orden legal: “El MPC posee jurisdicción exclusiva sobre los delitos enumerados en los artículos 23 y 24 del Código de Procedimientos Penales de Suiza”, dice Strebel.
Los artículos establecen que “las investigaciones sobre el comercio de oro, o su procedencia, no son responsabilidad del MPC, a menos que estén relacionadas con un delito que sí está sujeto a la jurisdicción nacional”.
Sobre la evidencia presentada por la prensa suiza, Strebel afirma que se requiere “una sospecha razonable de que se ha cometido un delito y, normalmente, los artículos de la prensa no suelen ser suficientes para cumplir con los requerimientos [consignados en el artículo 309 del Código de Procedimientos Penales]” que exigen abrir una investigación.
FINMA atenta
Suiza posee cuatro de las seis refinerías más importantes del mundo. Por lo tanto, dado que existe un comercio activo de oro entre Suiza y Venezuela, oenegés como Swissaid, citadas por RTS, temen que el dinero procedente de la financiación de actividades ilegales sea blanqueado y termine en los bancos suizos.
Para prevenirlo, la Ley contra el Lavado de Dinero exige a los intermediarios financieros conocer a fondo a sus clientes y emplear medidas de debida diligencia que reducen el riesgo de incurrir en este delito.
Vinzens Mathys, portavoz de la autoridad supervisora de los mercados financieros FINMA, ha declinado confirmar si hay alguna investigación en curso relacionada con el oro venezolano. Sin embargo, aclara la forma en la que procede siempre el supervisor financiero.
“Con respecto al oro, primero hay que hacer una distinción: una cosa es el comercio de metales preciosos bancarios [actividad que realiza el sector financiero] y otra, la importación y fundición de oro en bruto [para la fabricación de bienes en oro] como actividad industrial”, explica.
“El propósito de la Ley de Lucha contra el Lavado de Dinero (LBA) es evitar que fondos ilícitos lleguen al sector financiero como producto del comercio de metales preciosos bancarios”, dice.
Por ello, “las personas que comercian con metales preciosos en la banca [tal como los define la Ordenanza sobre el control del comercio de metales preciosos), ya sea por su cuenta o para terceros, deben ceñirse al cumplimiento de la LBA, ya que son intermediarios financieros”, precisa Vinzens Mathys. Pero los que se dedican al comercio de oro no bancario quedan fuera de la férula de FINMA.
Aduanas, un modesto comercio bilateral
Los mercados de la fundición y la refinación de metales, por ejemplo, son actividades que no están relacionadas con el oro bancario. Tampoco está sujeta a la legislación contra el lavado de dinero la importación de oro en bruto por parte de las empresas que lo utilizan para fabricar otros productos.
En este caso, es la Administración Federal de Aduanas (AFD) quien debe entrar en acción como responsable de vigilar que este tipo de transacciones sean transparentes.
La Oficina de Control de los Metales Preciosos realiza controles sobre las importaciones y existe también una Ley de Control de Metales Preciosos que impone medidas de debida diligencia a quienes tienen licencias de fundición y fusión de metales.
swissinfo.ch preguntó a la AFD cuáles son las cifras más recientes de comercio de oro entre Suiza y Venezuela. La autoridad aduanera se limitó a responder que en las estadísticas de comercio exterior de 2019 solo figura la importación de un kilogramo de bisutería de metal común desde Venezuela, (documentada con la clasificación arancelaria 7117.9).
Significa que, según las cifras oficiales, la importación de oro venezolano es prácticamente inexistente en Suiza.
Donatella Del Vecchio, portavoz de la AFD para la Suiza francófona, ha declinado detallar si la autoridad aduanera ha identificado alguna operación irregular de comercio de oro entre Suiza y Venezuela durante los últimos 24 meses.
“Por razones de seguridad, no podemos proveer ninguna información sobre nuestras operaciones de control”, declara.
Según la radio pública suiza RTS, no obstante, Suiza estaría importando oro a gran escala de la isla de Curazao, que carece de minas, por lo que se presume que este oro proviene casi totalmente de Venezuela.
El paso del oro por varios países antes de llegar a Suiza podría ser la clave del entramado, pero también la razón por la que las autoridades suizas difícilmente podrían probar que el origen del metal es Venezuela, según las informaciones de RTS.
Estricto control a fundidores de oro
Todo esto no significa que Suiza se desentienda de la comisión de posibles delitos relacionados con el comercio de oro.
Del Vecchio destaca que deben respetarse múltiples reglas: hay disposiciones para los titulares de una licencia de fundición (Ley de Control de Metales Preciosos) y las del comercio de metales preciosos bancarios ya citadas.
Las licencias de fundición son emitidas por la Oficina Central para el Control de Metales Preciosos y tienen una duración de cuatro años. Por lo tanto, se supervisa periódicamente que se cumplan las obligaciones de debida diligencia.
“El titular de la licencia solo puede aceptar material fundido de socios que puedan probar su adquisición legal y, por lo tanto, deben verificar la identidad del socio contratante. En caso de duda, debe aclarar el origen del material fundido con más detalle. Si surge alguna sospecha de que el material ha sido adquirido ilegalmente, debe informar a la policía y retener el material hasta que se complete la investigación”, explica la portavoz de la AFD.
Posteriormente, la comercialización de metales preciosos “está sujeta a la Ley de lavado de dinero, los intermediarios necesitan una licencia provista por FINMA, o deben estar afiliados a una organización autorreguladora”, reitera.
Así, ante potenciales operaciones ilegales que vincularían a Suiza con el mercado del oro venezolano, las autoridades suizas confirman que todas se mantienen vigilantes, pero sin informar si hay investigaciones en curso. Saber mantener la guardia es vital en tiempos en los que la atención global está en otro sitio.
Con información de swissinfo.ch