Festivales de cine, semanas del medio ambiente, foros de economía y “fortalecimiento de relaciones de amistad” con países como Marruecos. Los diputados de la República Argentina viajaron como destino número uno a Estados Unidos durante 2016: 14 veces. Y a Chile (10 veces) dentro de los países latinoamericanos.
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Con un total de 160 mil dólares en viáticos (más de dos millones y medio de pesos), cada diputado nacional gastó en promedio 623 dólares en el año.
El rango de lo asignado va desde los 253 dólares (Liliana Mazure, FPV, por el reintegro de un pasaje) hasta los 3.890 (Ana Carolina Gaillard del FPV, que viajó a Tokio por el G7).
A pesar de que durante enero y febrero la agenda legislativa no funciona -las sesiones comienzan en marzo-, igual los diputados viajan con viáticos en esa época. El informe oficial detalla el destino, el monto y la razón. Pero en febrero de 2016 cuatro diputados hicieron un viaje a Nueva York y no dice por qué. O sea: se les aprobó el viaje sin que especificaran la razón. Son María Gabriela Burgos (UCR), Guillermo Snopek (PJ) y Eduardo Amadeo y Alejandro Grandinetti (ambos de UNA).
El 23 de noviembre del año pasado el director de la ONG Poder Ciudadano, Pablo Secchi, pidió a la Cámara Baja explicaciones sobre el viaje a las elecciones norteamericanas. Entonces se supo que costó al menos 507.546 pesos (incluyó 15 diputados y dos senadores). Y otro dato: sólo uno de los diputados viajó por Aerolíneas Argentinas. El resto lo fue por las estadounidenses Delta y American Airlines.
La justificación para el gasto fue que la participación de los diputados constituía una “cuestión estratégica y una manera de demostrar que la Argentina está dispuesta a continuar desarrollando las relaciones bilaterales entre ambos países más allá de quién resultara ganador”.
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El decreto que regula montos es el 280, de 1995. Establece que “habiéndose efectuado un análisis de las sumas abonadas en concepto de viáticos al exterior se deduce, por su magnitud, que representan una erogación presupuestaria de niveles muy significativos, razón por la cual se hace necesario revisar los importes preestablecidos, fijándolos en sumas fijas en función de las características particulares de cada país y conforme a los niveles jerárquicos establecidos en su oportunidad”. Es decir: se analiza cuánto se debe asignar según dónde se viaje. Y es el ministro de Economía quien puede efectuar modificaciones.
Con información de El Clarín