Venezuela ha comenzado el año azotada por los efectos de la grave crisis institucional y económica que golpea al país y debilitada las tensiones entre el régimen de Nicolás Maduro y la oposición.
Francesco Manetto/El País
El nuevo ciclo de conversaciones entre el Gobierno y las fuerzas críticas con el chavismo, iniciado el pasado septiembre en República Dominicana, no ha registrado avances. A esta circunstancia se añaden las divisiones internas de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), el aumento de la presión internacional y la incertidumbre ante las próximas elecciones presidenciales, que deberían celebrarse en 2018.
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— El Político (@elpoliticonews) January 8, 2018
Establecer un diálogo fluido sigue siendo la premisa central para tratar de paliar esta emergencia, pero la próxima cita, prevista para el jueves y el viernes de esta semana, está rodeada de dudas.
Omar Barboza, sucesor de Julio Borges, representa a Un Nuevo Tiempo, una formación partidaria del diálogo con el oficialismo y que, en contra del criterio de los partidos de Leopoldo López, Henrique Capriles y Henry Ramos Allup, decidió concurrir a las municipales de diciembre. Su propósito es el de pacificar a la MUD, pero su postura con respecto a las negociaciones con el chavismo puede chocar con otras sensibilidades de la coalición. Este sábado, el diputado opositor Timoteo Zambrano, hasta ahora uno de los encargados de los contactos con el Ejecutivo, renunció a su cargo.
En segundo lugar, este fin de semana ha llegado una advertencia de los garantes de ese diálogo. Ha sido México, el país de la región que más activo se ha mostrado en el último año para tratar de buscar una solución negociada a la crisis de Venezuela, quien ha vuelto a sembrar las dudas sobre el futuro de las conversaciones, sobre las que pesan aún más preguntas e incertidumbres que certezas.
El canciller, Luis Videgaray, aseguró que su país está considerando acudir a la próxima cita, prevista para esta semana, ante las medidas adoptadas por el Gobierno venezolano en las últimas semanas.
“Hemos mostrado nuestra preocupación por algunas decisiones que ha tomado el Gobierno venezolano desde la última ronda de negociación, lo que podría poner en duda nuestra participación de aquí en adelante”, afirmó el canciller mexicano en una entrevista, en la que anunció que, junto a su homólogo chileno, había enviado una carta al anfitrión de las negociaciones, el presidente dominicano Danilo Medina, en la que le ponían sobre aviso.