Los investigadores de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS) de Harvard han diseñado un prototipo de batería de flujo, es decir, recargable, capaz de aguantar diez años, que no es tóxica ni corrosiva. Sin duda, una gran avance que permitiría, en un futuro, alargar la autonomía, por ejemplo, de los «smartphones».
El carbón, el petróleo y el gas son, en la actualidad, los combustibles fósiles con los que se generan principalmente energía. Y, además, son recursos no renovables. Sin embargo, esta nueva batería genera energía limpia gracias a una combinación de moléculas orgánicas disueltas en agua con pH neutro. «Esta nueva química permite una batería no tóxica ni corrosiva, con una vida útil excepcionalmente larga que, además, permite disminuir significativamente los costes de producción», indican los expertos.
La clave de esta batería está en la base de agua. Es decir, los científicos modificaron las estructuras de las moléculas utilizadas en las soluciones, haciéndolas solubles en agua. Así, el equipo de Harvard fue capaz de diseñar una batería que pierde sólo un 1% de su capacidad por cada 1000 ciclos.
«Las baterías de iones de litio (las que se actualizan en la actualidad) ni siquiera sobreviven a 1.000 ciclos completos de carga/descarga», recuerdaMichael Aziz, uno de los investigadores.
Cualquier dispositivo, que utiliza baterías de litio, con el tiempo presenta problemas tras muchos ciclos de carga y descarga: la pila es cada vez menos duradera y hay que estar continuamente cargándola.
«Debido a que pudimos disolver los electrolitos en agua con pH neutro, esta es una batería de larga duración que podrías poner en tu sótano», señala, por su parte, Roy Gordon, otro de los investigadores, ya que no supone peligro alguno.
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«Este trabajo sobre los electrolitos orgánicos solubles acuosos es de gran importancia al señalar el camino hacia futuras baterías con una vida de ciclo enormemente mejorada y un coste considerablemente menor», ha declaradoImre Gyuk, Director de Investigación de Almacenamiento de Energía en la Oficina de Electricidad del DOE. «Espero que las baterías de flujo de larga duración sean estándar como parte de la infraestructura de la red eléctrica».
El objetivo del DOE es construir una batería capaz de almacenar energía por menos de 100 dólares por kilovatio hora, consiguiendo así que el viento y la energía solar almacenados fueran competitivos con la energía producida por las centrales eléctricas tradicionales.
Con información de ABC