Elena Karimova confesó haber asesinado a sus hijos porque no podía mantenerlos. No tenía dinero, pero sí extensas deudas por viajes al extranjero y alquiler de carros. Después de estrangularlos, los incineró, los niños tenían 4 y 2 años.
El Político
Las redes de Karimova cuentan con 21.000 seguidores en Instagram gracias a su negocio de maquillaje en línea y la vida de lujos que llevaba.
Siete diarios han dejado de circular en Venezuela solo en el 2018 https://t.co/BbCZ68IDV1 #ElPolitico pic.twitter.com/574RaQSwaH
— El Político (@elpoliticonews) May 3, 2018
Más allá de sus ‘followers’, la joven de 27 años ahora tiene a medio mundo encima tras su macabra confesión. Es divorciada, pero tenía a su cargo a Khadizha, de 4 años, y a Suleiman, de 2, sus hijos. Conocidos la veían como una madre cariñosa, y así lo demostraban sus mensajes en las redes sociales, sin embargo, esa imagen se fue a la basura.
Autoridades rusas descubrieron que Karimova había estrangulado a sus dos pequeños, enfocada en no dejar rastros, compró gasolina y llevó los cadáveres a un bosque para prenderles fuego, después los dejó abandonados en una bodega.
Según su confesión, en el almacén volvió a prenderles fuego, hasta que los bomberos llegaron al sitio. Una persona del sector afirmó que estaban tan calcinados que uno de ellos pensó que se trataba del cadáver de un animal.
Al apagar el fuego notaron que se trataba de los cadáveres de los hermanitos Khadizha y Suleiman. Testigos dieron detalles sobre un automóvil que había pasado por allí, los cuales coincidían con el de Elena. Con dichas características el caso estaba casi resuelto y todo derivó en la confesión de la mujer.
"No podía mantener a mis hijos", afirmó la asesina a las autoridades. Añadió que lo sentía mucho y que no se explicaba cómo había llegado a cometer el atroz filicidio.
Con información: El Espectador