Charles Vincent es, para todos los efectos, un desconocido en el mundo de las finanzas globales pero que fue escuchado en Venezuela por el régimen de Nicolás Maduro por sus ideas, reseñó Bloomberg.
El Político
Los reporteros Patricia Laya y Ben Bartenstein reseñan que realizaron una búsqueda básica en internet para obtener información sobre él o la empresa con sede en Ginebra para la que trabaja, Pipaud & Partners Sarl, y no aparece casi nada. “Pase por la dirección que Pipaud pone en su membrete y no hay signos aparentes de su presencia allí”, señalan.
Y, sin embargo, cuando Vincent apareció en Caracas a principios de agosto con un plan absurdo, casi fantástico, para liberar alrededor de US$1.500 millones en oro venezolano congelado en cuentas en Londres, los funcionarios del banco central del país no solo lo recibieron, sino que lo escucharon con gran interés.
Vincent, de nacionalidad inglesa, los cautivó con una estrategia que dijo tener para evadir sanciones que de otra forma prohibirían tal transacción, según tres personas que escucharon la propuesta o fueron informadas al respecto. Los funcionarios del banco central todavía están considerando si seguir adelante, aseguró una de las personas.
El hecho de que la reunión haya tenido lugar muestra cuán determinado y desesperado está el régimen de Nicolás Maduro por encontrar formas de evadir las sanciones estadounidenses que han reducido el flujo de divisas al país y han profundizado el peor colapso económico de su historia. Los funcionarios necesitan el efectivo para financiar importaciones cruciales de alimentos y pagar el equipo, y el mantenimiento necesario para que la compañía petrolera estatal continúe bombeando crudo.
Pipaud, que se describe como una administradora de inversiones, actúa como intermediario comercial entre empresas en Suiza y el mundo, según documentos de registro en Ginebra.
Vincent les dijo a oficiales venezolanos que su empresa podría presionar a funcionarios ingleses para que liberen el oro de Venezuela y lo vendan a un banco austriaco por US$1.000 millones, monto que incluye un descuento aproximado de 30% del valor de mercado actual del metal, según una copia de la presentación vista por Bloomberg. No era explícito, pero los documentos parecían sugerir que Vincent cobraría un porcentaje por la diferencia entre el valor comercial del oro y la cantidad que obtendría Venezuela.
A principios de este año, el Banco de Inglaterra negó una solicitud del régimen de Maduro para retirar su oro almacenado allí, según personas cercanas al tema. La decisión se produjo después de que altos funcionarios de Estados Unidos presionaron a sus homólogos del Reino Unido para ayudar a aislar a Maduro de los activos en el extranjero, dijeron las fuentes.
Funcionarios de prensa del Banco de Inglaterra declinaron hacer comentarios. Yosendy Chirguita, portavoz del banco central de Venezuela, no respondió a las solicitudes de comentarios.
Otro escenario en la propuesta de cinco páginas de Vincent establecía que Venezuela utilizara una refinería de metales estatal en la ciudad austriaca de Graz para procesar el oro y luego vender una tonelada por semana a un banco checo. En otra idea, Vincent sugiere que un país que no ha podido pagar alrededor de US$60.000 millones en deuda externa podría emitir un bono de US$5.000 millones, suscrito por un banco en Singapur, cuyo sitio web indica que se especializa en ofrecer servicios a empresas de eliminación de residuos.
Vincent ha regresado a Caracas al menos una vez desde la reunión del 7 de agosto para continuar los esfuerzos de vender sus servicios, según personas familiarizadas con el asunto. Pero a pesar de todos los escenarios exóticos que se están considerando en Caracas, por ahora, la administración de Maduro tiene dificultades para encontrar los dólares que necesita para que la economía pueda operar.
Fuente: Bloomberg