Una de cada tres personas en Venezuela pasa dificultades para poner sobre la mesa comida suficiente que cumpla con el mínimo de nutrientes requeridos debido a la severa contracción económica del país y a la persistencia de su crisis política, según un estudio del Programa Mundial de Alimentos de la ONU publicado el domingo.
El Político
Un sondeo a nivel nacional basado en 8.375 cuestionarios revela el sorprendente panorama de un gran número de venezolanos que sobreviven con una dieta formada principalmente por tubérculos y frijoles debido a que la hiperinflación en Venezuela ha vuelto inservibles muchos salarios.
Un total de 9,3 millones de personas – prácticamente la tercera parte de la población – padecen inseguridad alimentaria moderada o severa, indicó el PMA en su informe, realizado a invitación del gobierno de Venezuela. La inseguridad alimentaria se define como la incapacidad de una persona para obtener los requerimientos dietéticos básicos.
El estudio dice que dicha inseguridad es una preocupación a nivel nacional, aunque algunos estados como Delta Amacuro, Amazonas y Falcón tienen niveles particularmente elevados. Incluso en las regiones más prosperas se calcula que una de cada cinco personas padece dificultades para comer bien.
“La realidad que presenta este informe evidencia la gravedad de la crisis social, económica y política en nuestro país”, dijo Miguel Pizarro, diputado opositor en el exilio, quien salió de la nación caribeña perseguido por el régimen de Nicolás Maduro.
Según la agencia de la ONU, el 32,3 por ciento de los venezolanos tiene problemas para garantizar su alimentación, una cifra que incluye a los 2,3 millones en situación de inseguridad alimentaria severa (el 7,9 por ciento de la población) y los 7 millones que se enfrentan a una inseguridad de carácter moderado (el 24,4 por ciento).
La agencia que encabeza David Beasley aseguró en su informe final que "tuvo completa independencia en el diseño e implementación de la evaluación" así como "acceso sin ningún impedimento en todo el país para la recolección de datos a nivel de hogar".
Los estado en los que se ha detectado una mayor prevalencia de la inseguridad alimentaria severa que la media nacional son los de Delta Amacuro (21 por ciento), Amazonas (15 por ciento), Falcón (13 por ciento), Zulia (11 por ciento) y Bolívar (11 por ciento).
El sondeo reveló que el 74% de las familias han implementado estrategias alimenticias para hacer frente al problema, como la reducción en la variedad y calidad de la comida que consumen. El 60% de las familias reportaron haber reducido sus porciones, el 33% indicó que han aceptado alimento en pago a su trabajo y el 20% reportó haber vendido bienes familiares para cubrir sus necesidades básicas.
Nivel inaceptable de consumo de alimentos
Por otra parte, la evaluación ha permitido constatar que en casi uno de cada cinco hogares, el 17,8 por ciento, hay un nivel inaceptable de consumo de alimentos. En el caso del 12,3 por ciento, hay un consumo de alimentos límite y en un 5,5 por ciento un consumo pobre.
Según el PMA, "la falta de una dieta diversificada es una preocupación importante". Así, ha explicado que las familias venezolanas consumen cereales, raíces o tubérculos a diario y complementan su consumo de cereales con legumbres tres días a la semana y con lácteos cuatro días a la semana.
Por otra parte, el consumo de carne, pescado, huevo, verduras y frutas está por debajo de los tres días a la semana para cada uno de estos grupos de alimentos. "La falta de diversidad en la dieta indica una ingesta nutricional inadecuada", resalta el PMA.
Aunque siete de cada diez venezolanos aseguran que siempre hay comida disponible, reconocen que el acceso a la misma no siempre es posible por los elevados precios. La hiperinflación que registra Venezuela ha provocado que el 59 por ciento de los hogares carezca de ingresos suficientes para comprar comida y el 65 por ciento no es capaz de comprar artículos esenciales de higiene, ropa y calzado.
Pérdida de ingresos
En esta línea, el 51 por ciento de los consultados han sufrido una pérdida parcial de sus ingresos, por la reducción de su salario o la pérdida de su empleo, mientras que el 37 por ciento habían perdido totalmente sus ingresos. Según el PMA, el 18 por ciento de los hogares depende actualmente de la asistencia gubernamental y los sistemas de protección social.
Para poder sobrevivir, el 74 por ciento de las familias ha reducido la variedad y calidad de la comida que consume, mientras que en el 60 por ciento de los hogares se ha optado por reducir la porción de sus comidas.
Entre las estrategias de supervivencia adoptadas, el 33 por ciento de los hogares ha aceptado trabajar a cambio de comida y el 20 por ciento ha vendido bienes familiares para cubrir necesidades básicas. Además, el PMA ha constatado que seis de cada diez familias han gastado sus ahorros en comida.
Así las cosas, la agencia de la ONU ha advertido que a medida que las familias agotan sus estrategias de supervivencia para mantener un consumo básico de alimentos, "es posible que no puedan cubrir sus necesidades nutricionales en el corto plazo" lo cual "afectará a los más vulnerables, incluyendo niños y niñas, mujeres embarazadas y lactantes, y adultos mayores".
Por último, en lo que se refiere a servicios básicos, el 25 por ciento de los hogares carece de una fuente estable de agua potable y en cuatro de cada diez hogares hay interrupciones diarias en el suministro de agua. Además, en el 72 por ciento de los hogares se enfrenta a un suministro irregular de gas, mientras que hay una media de quince días al mes con interrupciones eléctricas.
Fuente: Voa Noticias