Irán modificó en secreto una instalación que se dedica a la producción de uranio altamente enriquecido según descubrió el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
El Político
Este hallazgo demuestra una violación de los tratados por parte de Teherán, ya que tenía que haber informado al organismo sobre tales pasos.
Rafael Grossi, director general del OIEA, detalló que la planta nuclear lleva produciendo uranio con una pureza de hasta el 60 por ciento desde finales de 2022.
Hallazgo de la OIEA en Irán
El hallazgo fue hecho por inspectores del OIEA, quienes notaron durante una inspección no anunciada de la planta nuclear de la aldea de Fordo, al sur de Teherán, donde las máquinas de enriquecimiento fueron modificadas “significativamente” desde noviembre, reportó Infobae.
El director del OIEA ya había denunciado previamente que Irán se acerca un nivel de enriquecimiento del 90 por ciento, lo cual es necesario para producir armas nucleares, pese a que los miembros de régimen iraní llevan años insistiendo en que no quieren fabricar armas nucleares.
Sin embargo, el OIEA, a cargo de comprobar los fines pacíficos de las actividades nucleares, no ha dado información precisa de si esta modificación secreta por parte de Teherán, habría contribuido al aumento de los niveles de enriquecimiento de uranio por parte del régimen.
Irán alegó un “error”
Por su parte, el régimen de Irán alegó un “error” de un inspector del OIEA, después de recibir un aviso por una modificación técnica no declarada en su programa nuclear.
“Un inspector de la agencia informó por descuido que Irán había aportado cambios al modo operativo en la planta de enriquecimiento (…) sin haberlo señalado antes”, declaró el portavoz de la entidad de la energía atómica iraní, Behruz Kamalvandi.
Teherán sí había dado las “explicaciones” a los expertos y “el inspector en cuestión se dio cuenta de su error”, aseguró.
Vigilancia permanente
Las instalaciones de Fordo están especialmente vigiladas desde que Irán empezó a producir uranio enriquecido a 60% en noviembre de 2022, además de en la planta de Natanz.
Este límite supera con creces el 3,67% establecido por el acuerdo de 2015 entre Teherán y las grandes potencias, y se acerca al 90% necesario para producir una bomba atómica.
Desde la retirada de Estados Unidos de este pacto en 2018 y la restauración de las sanciones, la República Islámica ha ido progresivamente incumpliendo los compromisos acordados.