La producción industrial de Brasil subió en enero de 2016 un 1,4 % comparado con el mismo periodo del año anterior, lo que puso fin a 34 meses consecutivos en negativo para este indicador, según informó el Gobierno de Temer.
El sector de extracción mineral fue el que ejerció mayor fuerza para revertir en enero la crisis de la industria brasileña con un avance del 12,5 %, impulsado por los minerales de hierro y la producción de combustibles fósiles, como petróleo y gas natural, según los datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas.
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La producción de vehículos, remolques y carrocerías registró en el primer mes de 2017 una subida del 5,2 %, mientras que la de equipamientos informáticos, productos electrónicos y ópticos aumentó el 18 % frente a enero del año anterior.
También avanzaron sectores como el papelero (6,9 %), alimenticio (1,6 %), metalúrgico (4,2 %) y el de confección de ropa y accesorios (13,3 %), así como el de productos químicos (2,2 %) y el de artículos de cuero y calzado (5,0 %).
Por el contrario, diez actividades se anotaron resultados negativos en enero, con la industria de los productos derivados del petróleo y biocombustibles a la cabeza, ya que se derrumbó el 11,1 %, debido en parte al déficit de producción registrado en el diésel.
En la misma línea se comportaron los sectores de máquinas, aparatos y materiales eléctricos (-8,6 %), máquinas y equipamientos (-4,9 %), productos de metal (-6,2) y otros útiles de transporte (-9,4 %).
La producción industrial, una de los principales motores del país, se redujo un 6,6 % en 2016, en su tercer año consecutivo de crecimiento negativo.
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La producción de las fábricas brasileñas ya se había desplomado un 8,3 % en 2015, su peor resultado en doce años, y un 3,0 % en 2014, según datos oficiales del Gobierno.
La caída en la producción industrial de Brasil es reflejo de la grave crisis económica que atraviesa el gigante suramericano que, en los dos últimos años, ha visto como su producto interno bruto (PIB) sufría agudos retrocesos por encima del 3 %.
En 2016, la economía brasileña cayó el 3,6 %, dato que se suma al descenso del 3,8 % registrado en 2015, con lo que encadenó dos años consecutivos en recesión, algo que no ocurría desde la década de 1930.
EFE
