Pablo Iglesias señaló este sábado el camino que debe emprender Podemos en la fase política derivada de la crisis del PSOE. El líder llamó al consejo ciudadano, a sus diputados y senadores a construir un partido más radical, netamente enfrentado al sistema y muy beligerante con los socialistas, y a fortalecer su papel en los conflictos sociales. Iglesias dio por hecho que la posibilidad de que el PSOE se abstenga en una investidura de Rajoy le entrega de por sí el liderazgo de la oposición.
Podemos se prepara para asumir las tareas de un partido de oposición y debate cómo hacerlo después de dos años volcado en el intento de ganar unas elecciones o, al menos, superar al PSOE. Con el horizonte de un próximo Gobierno del PP, Iglesias busca lograr su objetivo a medio plazo, y por ello necesita convertirse en referente de la izquierda. De esta cuestión, fundamentalmente, discutió el máximo órgano de dirección de Podemos durante casi ocho horas, evidenciando también en este caso las discrepancias entre Iglesias y el número dosdel partido, Íñigo Errejón.
Las premisas de ese debate las fijó el secretario general y dejan claro que la retórica de la mano tendida ha dejado paso a un duro ataque al PSOE. Lo calificó como “un partido desnortado que tenía que descabalgar a su secretario general por un golpe orquestado para acabar poniéndose de rodillas ante el PP”. “Va a haber un contraste notable entre lo viejo y una fuerza política nueva, la de los jóvenes, a la que le aguarda el futuro”, señaló.
“Si algunos tienen miedo de podemizarse, nosotros les decimos que somos más Podemos que nunca”, agregó en referencia a unas declaraciones al respecto del presidente de la comisión gestora socialista, Javier Fernández. Además, aplaudió a quienes, dentro del PSOE, rechazan la abstención y la posibilidad de que Mariano Rajoy siga en La Moncloa. “Sería una demostración de dignidad. Aunque habla de un partido en descomposición habla bien de algunos dirigentes que no están dispuestos a arrodillarse”, enfatizó. Iglesias intentó demostrar que sus tesis, las más duras con los socialistas (por ejemplo, negándose a permitir la investidura de Pedro Sánchez por su pacto con Ciudadanos), fueron las correctas. Errejón evitó abrir una batalla y la reunión se celebró sin enfrentamientos directos.
Discrepancias
No obstante, sí quedaron reflejadas las diferencias de proyecto de los dos principales dirigentes del partido a cuenta de cómo hacer oposición. “Va a ser muy difícil que nadie se crea que Ciudadanos y el PSOE son la oposición”, afirmó Iglesias en su intervención inicial, en la que, como viene haciendo desde hace días, se arrogó el papel de líder del espacio de la izquierda. En cambio, Errejón señaló que “ese título no es automático ni caerá del cielo por los errores de otros”. Y apuntó que se lo tienen que ganar con el trabajo diario: “El liderazgo de la oposición no es regalado. Depende de nuestra virtud por representar los dolores pero también las esperanzas existentes”.
En las filas de Podemos no hay, además, plena coincidencia sobre el equilibrio entre trabajo en las instituciones y presencia en la calle. El líder sostuvo que deben seguir “cavando trincheras en los espacios de combate ideológico de la sociedad civil” y advirtió de que “las instituciones pueden convertirse en una trituradora de la decencia”. Esa concepción busca asentar una oposición politica que prioriza los movimientos sociales al Parlamento.
El secretario político incidió, en cambio, en que “hay que generar confianza” en los dos ámbitos. “Hay dos Españas. Hay que ser duros pero rigurosos. Tenemos que ser las dos cosas y demostrar solvencia”, prosiguió. Errejón avisó de los riesgos que tiene el exceso de reflexión. “Somos muy jóvenes para psicoanalizarnos cada cuatro meses”, ironizó.
Pero esta discusión no tiene vuelta atrás dentro de Podemos. Ya instalado en una dinámica de impugnación del sistema, Iglesias pidió a los suyos que no libren debates internos en los medios de comunicación y que, si quieren trasladarle algo o seguir animando la disputa teórica lo hagan preferentemente en los órganos internos de la formación.
Con información de El País