El cardenal chileno Ricardo Ezzati aclaró hoy que la iglesia católica no ha hecho una petición formal de indulto para aquellos militares que cumplen condena por delito de lesa humanidad durante la dictadura de Augusto Pinochet y se encuentran enfermos.
"Simplemente se ha pedido que se reconociera lo que la ley reconoce y eso son los casos de la pérdida de la conciencia y los casos de enfermedades incurables, inviables y terminales", añadió el prelado.
Al hacer un balance del 2016, Ezzati resaltó como uno de los hechos relevantes la ceremonia en la que diez reclusos de Punta Peuco, un penal especial donde purgan condenas 120 violadores de los derechos humanos, pidieron perdón por los crímenes cometidos en dictadura.
"El perdón implica gratuidad, y la gratuidad es solamente un gesto del corazón humano, de personas que ponen al amor como ley suprema de la vida, como Jesús enseñó en el Evangelio", añadió el religioso que también es presidente de la Conferencia Episcopal de Chile.
Ezzati agregó que "el perdón va más allá de la justicia. La justicia siempre se requiere. No hay perdón verdadero si es que no hay justicia (…) por lo menos reconocer los crímenes cometidos".
"La mentalidad que vamos creando lastimosamente no es de un país reconciliado, sino de un país que busca venganza, vuelvo a decir, de acuerdo con lo que la ley establece. Nosotros no hemos pedido impunidad o que vaya más allá de lo que está establecido en la ley", aseveró.
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El pasado 23 de diciembre, diez agentes del dictador chileno Augusto Pinochet condenados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura (1973-1990) pidieron perdón en una ceremonia ecuménica celebrada en la cárcel en la que cumplen sus sentencias
Entre los presos que pidieron perdón estuvieron también el general Raúl Iturriaga Neumann, exsubdirector de la DINA -la policía secreta de Pinochet, condenado a cadena perpetua y otras penas en varias causas por violaciones a los derechos humanos- Claudio Salazar, Basclay Zapata, Enrique Ruiz, Pedro Hormazábal, Marcelo Castro y Miguel Estay.
Todos ellos cumplen condena en la cárcel especial de Punta Peuco, una prisión que acoge exclusivamente a violadores de derechos humanos condenados por crímenes cometidos durante el régimen militar de Pinochet.
Este centro penitenciario fue construido en 1995 en el municipio de Tiltil, 35 kilómetros al norte de Santiago, y cuenta con instalaciones especiales como canchas de tenis, terrazas para hacer asados y amplios comedores, motivo por el cual ha sido duramente criticado por las organizaciones de familiares de víctimas de la dictadura.
Durante la autocracia de Pinochet, según cifras oficiales, unas 3.200 personas murieron a manos de agentes del Estado, de las cuales 1.192 figuran aún como desaparecidas, y más de 33.000 como secuestrados, torturados y encarcelados por causas políticas.
Con información de: EFE