El presidente Joe Biden observó en tiempo real desde a Casa Blanca y en medio de tensiones el miércoles cómo comandos estadounidenses aterrizaban en Siria para asaltar una casa de tres pisos, rodeada de olivos, donde vivía el máximo líder de ISIS con su esposa y miembros de su familia.
El Político
Desde la cabecera de la mesa de la Sala de Crisis, en la Casa Blanca, Biden observó con ansiedad cómo un helicóptero estadounidense sufría problemas mecánicos en tierra.
Hubo alivio en la sala cuando unos niños salieron del primer piso del edificio, corriendo para ponerse a salvo, reportó CNN.
Momentos después, una explosión sacudió el lugar: una detonación suicida que mató a Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, a su mujer y a sus hijos, haciendo volar sus cuerpos fuera del edificio y sobre el terreno circundante.
Biden supervisa redada desde la Casa Blanca
"Creemos que el impacto de (la muerte de al-Qurayshi) va a ser un golpe para ISIS", dijo un alto funcionario de la administración, agregando que el terrorista "estaba muy involucrado en la ejecución de muchas de las operaciones".
Los funcionarios dijeron que al-Qurayshi supervisó las filiales del ISIS en el extranjero -incluida la de Afganistán, responsable de la muerte de marines estadounidenses el año pasado- y que desempeñó un papel clave en el genocidio de la minoría étnica yazidí.
En un momento dado, en diciembre, altos funcionarios del Pentágono llevaron un modelo a escala del lugar a la Sala de Crisis para explicar a Biden sus planes.
El objetivo, al-Qurayshi, nunca salió de su recinto. Vivía en el tercer piso con su familia y sólo salía ocasionalmente para bañarse en el tejado. Familias sin conexión con ISIS vivían en el primer piso, aparentemente sin conocimiento del terrorista que estaba dos pisos por encima de ellos.
Operación planeada en la Casa Blanca
Hace meses que Estados Unidos se enteró de que el líder de ISIS vivía allí, dirigiendo su operación terrorista a través de una red de correos. Cuando Biden fue informado por los mandos operativos en diciembre, ordenó al Pentágono que tomara precauciones para minimizar la muerte de civiles, una propuesta difícil para un objetivo que parecía rodearse intencionadamente de niños y familias como protección.
Las fuerzas estadounidenses que llevaron a cabo la misión ensayaron la operación, incluyendo las salvaguardias para proteger a los inocentes. Cuando el equipo estadounidense aterrizó, anunció su presencia en voz alta, pidiendo a los que estaban dentro del edificio que salieran y a los que estaban en la zona residencial circundante que se mantuvieran alejados.
Biden dio la aprobación final de la operación el martes en el Despacho Oval, donde fue informado por el secretario de Defensa; Lloyd Austin, y el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto.
Un día después, en la Sala de Crisis había una "tremenda tensión", ya que el presidente, la vicepresidenta Kamala Harris; y los miembros de los equipos militar y de seguridad nacional de Biden supervisaban la situación en "tiempo real".
Planificación "increíblemente compleja"
La planificación fue increíblemente compleja, dijo el funcionario. Al-Qurayshi vivía en un barrio residencial, en el tercer piso de un edificio que albergaba familias, incluidos niños.
El propio al-Qurayshi rara vez salía del edificio y de sus "escudos humanos", dijeron los funcionarios, salvo para bañarse ocasionalmente en la azotea.
Los funcionarios estadounidenses "por supuesto" consideraron la posibilidad de que se hiciera explotar durante la operación; de la misma manera que lo hizo el anterior líder de ISIS, Abu Bakr al-Baghdadi, durante el asalto que lo mató en 2019.
Eso es precisamente lo que ocurrió. Dentro de la Sala de Crisis, Biden recibió un informe de una "explosión significativa"; que según los funcionarios finalmente mató a al-Qurayshi y a su familia.