La ONG Human Rights Watch en su informe anual divulgado este martes expresó que China lleva a cabo "el ataque más intenso contra el sistema global de defensa de los derechos humanos" de todos los tiempos, que urge al mundo democrático a resistir su embestida, informó DW.
El Político
Para mantenerse en el poder, el gobierno de Xi Jinping "ha construido un Estado de vigilancia orwelliano, altamente tecnológico, y un sofisticado sistema de censura de internet para vigilar y suprimir la crítica pública", sostiene Kenneth Roth, jefe de Human Rights Watch (HRW), en el informe de más de 650 páginas sobre el estado de los derechos humanos en el mundo en 2019.
"En el extranjero, utiliza su creciente poderío económico para silenciar críticos y llevar a cabo el ataque más intenso contra el sistema global de defensa de los derechos humanos desde su surgimiento a mediados del siglo XX", denuncia.
Roth señala que China ha construido "un sistema pesadillesco" de vigilancia de 13 millones de musulmanes uigures, kazajos y otras minorías tártaras en Sinkiang, en el noroeste de China, y está creando otros similares en el resto del país. Esta vigilancia ha resultado en la detención indefinida de más de un millón de musulmanes tártaros para su "reeducación", y ha dejado a innumerables niños "huérfanos", señala.
"Ningún otro gobierno está simultáneamente deteniendo un millón de miembros de una minoría étnica para un adoctrinamiento forzado y atacando a cualquiera que se atreva a desafiar su represión", asegura.
"Agenda anti derechos" de líderes políticos
HRW alerta sin embargo que populistas autócratas en varias partes del mundo están demonizando a las minorías y atacando a quienes les enfrentan, sean periodistas, jueces o activistas. Algunos, como el estadounidense Donald Trump o el brasileño Jair Bolsonaro, denuncia Roth, ponen frenos al sistema internacional de derechos humanos que China socava.
La organización denuncia además la "agenda anti derechos" del primer año de gobierno de Bolsonaro, con políticas que "han implicado mayores riesgos para poblaciones vulnerables", aunque algunas fueron bloqueadas por la justicia o el Congreso.
Entre ellas menciona el proyecto de ley impulsado por Bolsonaro que permitiría evitar la prisión a policías condenados por ejecuciones ilegales, así como la luz verde otorgada a redes criminales de tala de árboles en la Amazonía que utilizan la violencia contra indígenas o activistas que defienden la selva. Recuerda que Bolsonaro ha alentado a la policía a matar a sospechosos y que en agosto dijo que los criminales "deben morir como cucarachas".
Precaria situación de derechos humanos en Latinoamérica
En tanto, y pese a ciertos avances, HRW considera que la situación de los derechos humanos en Latinoamérica sigue siendo precaria. El organismo señaló que Bolivia, Chile y Ecuador utilizaron "fuerza excesiva" para responder a las multitudinarias protestas: “esta luz verde a la violencia por parte de las fuerzas de seguridad es un problema que vemos en muchos Gobiernos de Latinoamérica", subrayó Roth. Asimismo, señaló a Cuba, Nicaragua y Venezuela de reprimir a la oposición utilizando la violencia, encarcelando a dirigentes políticos, defensores de derechos humanos y periodistas.
Las violaciones de los derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad -incluidas torturas, desapariciones y abusos contra migrantes- continúan en México, afirma HRW. El informe destaca también el enorme problema de la violencia en varios países centroamericanos, con algunas de las tasas de homicidios más altas del mundo, que ha forzado desplazamientos masivos de población.
China responde al reporte de HRW
Por su parte, la agencia AP destaca que China criticó este miércoles un reporte de Human Rights Watch que acusa al país de construir un estado vigilado en su territorio al tiempo que intenta silenciar a los críticos en el extranjero.
El portavoz del Ministerio chino de Exteriores Geng Shuang dijo que no había leído el texto, pero que esa clase de documentos solía “hacer oídos sordos a los hechos y confundir lo correcto y lo erróneo sin ninguna objetividad”.
Geng señaló que los chinos tienen la última palabra sobre el estado de los derechos humanos en el país, que describió como “en el mejor periodo de su historia”.
Bajo el gobierno de Xi Jinping, el gobernante Partido Comunista chino ha redoblado sus campañas para aplastar a los críticos de sus políticas y ampliar su control sobre el mundo académico, la religión y la sociedad civil. En los últimos años también se ha acusado a Beijing de intentar controlar a los estudiantes y otros ciudadanos chinos que viven en el extranjero, además de influir en medios y políticos en países como Australia y Estados Unidos.
Roth acusó a China de realizar “el ataque más intenso contra el sistema global de defender los derechos humanos desde que ese sistema empezó a formarse a mediados del siglo XX”.
El representante de HRW celebró una conferencia de prensa en la Asociación de Corresponsales de Naciones Unidas en Nueva York, después de que se le vetara la entrada en Hong Kong. HRW tenía previsto presentar el reporte anual del grupo en la ciudad semiautónoma china.
Para evitar una reacción global contra la vigilancia, la censura en internet y la opresión en su país, el gobierno en Beijing intenta socavar instituciones internacionales diseñadas para proteger los derechos humanos, señaló Roth.
Aunque otros gobiernos cometen graves violaciones contra los derechos humanos, añadió, “ningún gobierno exhibe su fuerza con tanto vigor y determinación para socavar las instituciones y los estándares internacionales de derechos humanos que podrían exigirle responsabilidades”, dijo.
China está acusada de retener en campos a más de un millón de uigures y otras minorías étnicas musulmanas en la región noroccidental de Xinjiang, donde se les somete a adoctrinamiento político y presiones para que abandonen su religión. China niega cualquier abuso y describe los campos como centros de formación profesional y lucha contra la radicalización, concluye el portal.