Honduras cerró este viernes la temible cárcel de San Pedro Sula, que llegó a ser conocida como "la universidad del crimen", al trasladar a los últimos 941 reos que quedaban en el penal, informó el gobierno. AFP
El presidente Juan Orlando Hernández había anunciado durante la semana que este domingo serían removidos los presos que quedaban en la cárcel de la segunda ciudad de Honduras, a 180 km al norte de la capital.
Sin embargo, el gobierno anunció en un comunicado que el traslado se efectuó este viernes.
"Asesinatos, masacres, amotinamientos, tráfico de armas y drogas era el diario vivir de la universidad del crimen, (pero) esta historia hoy (viernes) llega a su fin con el traslado de los últimos 941 privados de libertad que quedaban", señala el comunicado.
Detalló que 380 fueron llevados a la Penitenciaría Nacional de Támara, en la jurisdicción de la capital, 82 a la vecina ciudad de El Progreso y 479 a una prisión inaugurada esta semana en El Porvenir, 50 km al norte de Tegucigalpa.
La cárcel de San Pedro Sula fue construida para 800 internos pero llegó a albergar hasta 4.000 en condiciones de hacinamiento.
Los reos fueron sacados en fila bajo fuertes medidas de seguridad, custodiados por policías y militares, y transportados en autobuses y camiones del ejército.
"Hoy San Pedro Sula comenzará a escribir una nueva historia, sin un centro penal que represente peligro y serán los sampedranos quienes tendrán que decidir qué se construye en ese espacio que ocupa el vetusto edificio", agregó la nota.
La prisión, que funcionaba desde hace más de 60 años en la zona central de la ciudad, fue escenario de muertes masivas, la mayor en 2004 cuando 107 pandilleros perecieron en un incendio.
El cierre de la prisión figuraba en los planes de mejoramiento del sistema penitenciario y del combate de la criminalidad que impulsa el gobierno.
Tres cárceles nuevas han sido construidas desde 2010.