El partido liberal en el poder en Holanda ganaría las elecciones legislativas, mientras que el partido de extrema derecha de Geert Wilders quedaría en segundo lugar empatado con otras dos formaciones, según sondeos a boca de urna este miércoles.
Redacción El Político
El primer ministro liberal holandés, Mark Rutte, afirmó congraciado que "luego del Brexit y después de las elecciones en Estados Unidos, Holanda dijo no al populismo", reseña AFP.
Según los sondeos difundidos al cierre de las urnas a las 20H00 GMT, el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) del primer ministro Mark Rutte obtendría 31 escaños de 150, mientras que el Partido por la Libertad (PVV) de Wilders alcanzaría 19, los mismos que el Llamamiento Democratacristiano y el partido de la Democracia D66.
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Los laboristas, socios en el gobierno de Rutte, sufrirían por su parte una derrota histórica, según esos mismos sondeos.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, celebró "una votación por Europa, contra los extremistas", como también hizo el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, que felicitó en un tuit a los holandeses por haber "frenado el ascenso de la extrema derecha".
"La canciller [Angela] Merkel felicitó por teléfono a Mark Rutte", indicó en su cuenta de Twitter el portavoz de la canciller alemana, Steffen Seibert. "‘Me alegro de proseguir con una buena colaboración como amigos, vecinos, europeos'", indicó la canciller, citada en Twitter por Seibert.

Después del Brexit en el Reino Unido y la elección de Donald Trump en Estados Unidos, las elecciones holandesas se consideran un indicio de lo que podría avecinarse en las presidenciales de Francia, en abril y mayo, y en las legislativas de Alemania, hacia fin de año.
En una campaña marcada por las cuestión identitaria, Mark Rutte, como también hicieron otros líderes, integró algunos elementos anteriormente reservados a su rival, invitando, por ejemplo, a aquellos que no respeten los valores holandeses a irse del país, de 17 millones de habitantes.