Inesperado. El segundo debate entre Hillary Clinton y Donald Trump tuvo un giro final que pocos se veían venir.
Matias Zabaleta/El Político
La última pregunta del debate pudo haberlos agarrado fuera de base, sin embargo, ambos candidatos respondieron con franqueza. La pregunta: ¿Qué destacan uno del otro?
La interrogante sacó sonrisas tanto de los candidatos como del público presente. Hillary respondió primero. Para la candidata demócrata lo más "destacable" de su oponente electoral son sus hijos. Una vez identificados entre el público, Clinton quiso expresar el respeto que siente hacia ellos, calificándonos como muy importantes, punto de vista que compartió como madre.
"No respeto lo que dice, pero sí a sus hijos", afirmó. Asimismo confesó que la campaña contra Trump se había convertido en conflictiva e intensa, que no era nada ordinaria, por eso la importancia de elegir un presidente pato para el país. "Vamos a escoger a un presidente que sepa tomar decisiones políticas importantes, por eso me he ocupado de entregarles propuestas y estrategias a temas en específico".
Fue el turno de Trump, y muchos esperaron que el magnate saliera con una de sus antipáticas respuestas, sin embargo, todo lo contrario.
"Considero que lo que dijo sobre mis hijos fue bonito. No se si fue sincero, pero lo considero un halago". Posteriormente reveló "Hillary nunca se rinde, la respeto por eso. Es una persona que le gusta luchar y eso es lo mejor de ella".
Empate técnico.