Un grupo de 18 niños y adolescentes que viven en Nueva York tomaron el camino inverso al de sus padres mexicanos que migraron ilegalmente a Estados Unidos en busca de una vida mejor para viajar a México, conocer a sus familiares y descubrir sus raíces.
El Político
Los niños nacieron en suelo estadounidense, y su visita a México fue supervisada por asociaciones que obtuvieron autorización para que salieran del país. Sin embargo, sus padres no pudieron acompañarlos ya que no querían exponerse a un arresto en la frontera y una posible expulsión del país.

Los niños fueron llamados uno a uno al bajar de su autobús, para reunirse con los familiares que nunca antes han visto en persona, que los esperan con flores o regalos al bajarse del autobús que los llevaba.
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— El Político (@elpoliticonews) July 21, 2018
Sin embargo, la comunicación no siempre es fácil, ya que algunas personas mayores sólo hablaban náhuatl, el idioma prehispánico de la zona, y algunos niños hablan español con dificultades.
Con información: Debate