La fiscalía chilena descartó formular cargos contra Sebastián Dávalos, hijo de la presidenta Michelle Bachelet, en una causa que tiene a su esposa imputada por evasión de impuestos, y que además investiga posible tráfico de influencias y sobornos.
Dávalos formó parte de la investigación judicial que en enero de 2016 acusó a su esposa Natalia Compagnon por delitos tributarios, lo que significó un duro golpe para la popularidad de Bachelet.
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"No hemos podido establecer ningún hecho que revista carácter de delito que se le pueda imputar" al hijo de la mandataria socialista, señaló el fiscal del caso, Sergio Moya.
Pero "una cosa es que no sea acusado y otra cosa es que su declaración aporte antecedentes para el desarrollo de los hechos", agregó el fiscal, que no descartó citar a Dávalos como testigo.
El ‘caso Caval’, destapado a inicios de 2015 por la revista ‘Que Pasa’, investiga un millonario negocio inmobiliario llevado adelante por Compagnon y un socio.
La empresa negoció la compra venta de terrenos en Rancagua (centro de Chile), en una transacción que según la Fiscalía hubo delitos tributarios y en la que los empresarios se beneficiaron de información privilegiada y tráfico de influencias.
Para concretar el negocio, la empresa Caval obtuvo un crédito de 6,5 millones de dólares gestionado personalmente por uno de los dueños del Banco de Chile, el poderoso empresario Andrónico Luksic, tras una reunión en la que participó Dávalos.
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Su presencia en dicha reunión llevó a la Fiscalía a sumar al hijo de la mandataria en la investigación que desembocará en un juicio oral en los próximos meses.
El ‘caso Caval’ estalló meses después que Bachelet asumiera su segundo mandato en marzo de 2014 y significó un duro golpe que hundió su popularidad a mínimos históricos, situación de la que no ha podido recuperarse.
Con información de AFP